El jesuita argentino José
Gabriel Funes, director del Observatorio Astronómico de la Santa Sede, reiteró esta
convicción, y aseguró que no por ello "los católicos" deben "cambiar" su "visión
del universo"
Hace más de un año, en julio de 2012, el padre Funes había afirmado en declaraciones a ACI/EWTN Noticias lo mismo que ahora reiteró al diario argentino Perfil: su convicción de que hay grandes probabilidades de que exista vida fuera del planeta Tierra.
Al mismo tiempo aseguró que, de ser así, "los católicos no tenemos necesidad de cambiar nuestra visión del universo". "Dios, en su libertad, podría haber creado otras criaturas también inteligentes y poder ser parte de la creación. (Estos seres) se podrían relacionar con Dios, así como lo hemos hecho nosotros", se explayó. Según él, la existencia de vida extraterrestre no estaría reñida con la existencia de Jesucristo: "No veo ninguna dificultad para la fe católica".
Estas expresiones se enmarcan en una problemática más amplia que es la de la relación entre Fe y Razón, que para el agnosticismo es una contradicción insalvable –de hecho, es un vínculo que ha pasado por varios momentos conflictivos a lo largo de la historia, como los juicios inquisitoriales a Galileo- pero que hace tiempo la Iglesia considera superada. En particular, desde la Encíclica Fides et Ratio de Juan Pablo II (1998), que empezaba diciendo: "La fe y la razón (fides et ratio) son como las dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad. Dios ha puesto en el corazón del hombre el deseo de conocer la verdad y, en definitiva, de conocerlo a Él para que, conociéndolo y amándolo, pueda alcanzar también la plena verdad sobre sí mismo".
La propia existencia del Observatorio Vaticano, algo que para más de uno debe ser una sorpresa, es una prueba de los intentos de la Santa Sede, no sólo por poner punto final a esa supuesta dicotomía, sino por ser parte activa del estudio científico del mundo.
De hecho, la Iglesia vio en la teoría del Big Bang una confirmación del relato del Génesis sobre la creación. Así lo afirmó el padre Funes a Perfil: "El Big Bang es la mejor explicación científica que tenemos del origen del Universo".
Y en la nota con ACI/EWTN había dicho: "Podemos reconstruir la historia del universo desde los primeros instantes hasta la formación de la tierra, de los planetas; esto no está en contradicción con la fe. Lo que aprendemos del mensaje bíblico, y también con la reflexión teológica, lo que sabemos por la fe, y también por la razón, es que Dios es el creador, un Padre bueno, que nos sostiene en el ser, en el existir".
En otra ocasión, Funes había dicho que, según los datos más fiables, el universo se expande continuamente y, dentro de "miles de millones de miles de millones de años, acabará por romperse", y que esto era lo único que la cosmología puede decir en la actualidad con una cierta base científica sobre el futuro del Universo.
Pero mientras "la cosmología nos muestra que el Universo va hacia un estado final de frío y oscuridad", el mensaje cristiano "enseña, por el contrario, que en la resurrección final, la del último día, Dios reconstruirá a cada hombre, cada mujer y a todo el Universo", aclaró.
Probabilidad de vida extraterrestre
En cuanto a la existencia de vida extraterrestre, lo consideró una cuestión de probabilidad: "Considerando que el universo está hecho de cien mil millones de galaxias y si las dividimos por la población mundial, a cada uno le tocarían 14 galaxias, cada una de ellas formadas por unos cien mil millones de estrellas".
Es posible, entonces, "que cada una de estas estrellas tengan planetas que giran alrededor de otras, como lo hacen alrededor del Sol. Y, por lo tanto, sería posible la existencia del vida en el universo", fue su explicación.
"De todos modos, por ahora, no hay ninguna evidencia de que exista vida fuera de la Tierra. Este descubrimiento podría suceder mañana. Tal vez dentro de mil años, o tal vez jamás suceda", concluyó.
El Padre Funes, que es originario de Córdoba, se licenció en Astronomía en 1985, antes de ingresar a la Compañía de Jesús. Después de su ordenación sacerdotal, se doctoró en astrofísica en la Universidad de Padua, Italia. Y en el año 2006, el Papa Benedicto XVI lo nombró director del organismo.
Él lo considera un desafío apasionante, "porque se trata de hacer de puente entre la Iglesia Católica y los científicos, en particular los astrónomos".
La Specola vaticana
El Observatorio Astronómico o Telescopio (Specola, en italiano) Vaticano es un instituto de investigación científica que depende directamente de la Santa Sede. Fue creado en 1891, cuando el Papa León XIII quiso demostrar que la Iglesia no estaba opuesta al desarrollo científico y que, por el contrario, deseaba promover la ciencia de gran calidad.
Hoy en día, sus instalaciones están divididas entre Castel Gandolfo, el pueblo que alberga la residencia estival de los Papas, y Tucson, Arizona (Estados Unidos).
Esto se explica porque el observatorio, originalmente ubicado en la misma Ciudad del Vaticano, debió desplazarse por causa de la contaminación lumínica.
A comienzos de los años treinta, debido al incremento del uso de luz eléctrica, el cielo de Roma se volvió tan luminoso que hizo difícil la tarea de los astrónomos. Se decidió entonces el traslado de la Specola a Castel Gandolfo, por aquel entonces una zona mucho más rural. Pero el progreso hizo también de las suyas y finalmente el Observatorio fue dividido en 1981: mantiene su tradicional cuartel general, más la biblioteca y el museo en Italia, pero trasladó el telescopio a Monte Graham (Arizona).
El 13 de julio pasado, el papa Francisco visitó el Observatorio de Castel Gandolfo y almorzó allí con sus hermanos jesuitas. Recorrió las instalaciones y le mostraron especialmente partes de un meteorito encontrado en Argentina.
Hace más de un año, en julio de 2012, el padre Funes había afirmado en declaraciones a ACI/EWTN Noticias lo mismo que ahora reiteró al diario argentino Perfil: su convicción de que hay grandes probabilidades de que exista vida fuera del planeta Tierra.
Al mismo tiempo aseguró que, de ser así, "los católicos no tenemos necesidad de cambiar nuestra visión del universo". "Dios, en su libertad, podría haber creado otras criaturas también inteligentes y poder ser parte de la creación. (Estos seres) se podrían relacionar con Dios, así como lo hemos hecho nosotros", se explayó. Según él, la existencia de vida extraterrestre no estaría reñida con la existencia de Jesucristo: "No veo ninguna dificultad para la fe católica".
Estas expresiones se enmarcan en una problemática más amplia que es la de la relación entre Fe y Razón, que para el agnosticismo es una contradicción insalvable –de hecho, es un vínculo que ha pasado por varios momentos conflictivos a lo largo de la historia, como los juicios inquisitoriales a Galileo- pero que hace tiempo la Iglesia considera superada. En particular, desde la Encíclica Fides et Ratio de Juan Pablo II (1998), que empezaba diciendo: "La fe y la razón (fides et ratio) son como las dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad. Dios ha puesto en el corazón del hombre el deseo de conocer la verdad y, en definitiva, de conocerlo a Él para que, conociéndolo y amándolo, pueda alcanzar también la plena verdad sobre sí mismo".
La propia existencia del Observatorio Vaticano, algo que para más de uno debe ser una sorpresa, es una prueba de los intentos de la Santa Sede, no sólo por poner punto final a esa supuesta dicotomía, sino por ser parte activa del estudio científico del mundo.
De hecho, la Iglesia vio en la teoría del Big Bang una confirmación del relato del Génesis sobre la creación. Así lo afirmó el padre Funes a Perfil: "El Big Bang es la mejor explicación científica que tenemos del origen del Universo".
Y en la nota con ACI/EWTN había dicho: "Podemos reconstruir la historia del universo desde los primeros instantes hasta la formación de la tierra, de los planetas; esto no está en contradicción con la fe. Lo que aprendemos del mensaje bíblico, y también con la reflexión teológica, lo que sabemos por la fe, y también por la razón, es que Dios es el creador, un Padre bueno, que nos sostiene en el ser, en el existir".
En otra ocasión, Funes había dicho que, según los datos más fiables, el universo se expande continuamente y, dentro de "miles de millones de miles de millones de años, acabará por romperse", y que esto era lo único que la cosmología puede decir en la actualidad con una cierta base científica sobre el futuro del Universo.
Pero mientras "la cosmología nos muestra que el Universo va hacia un estado final de frío y oscuridad", el mensaje cristiano "enseña, por el contrario, que en la resurrección final, la del último día, Dios reconstruirá a cada hombre, cada mujer y a todo el Universo", aclaró.
Probabilidad de vida extraterrestre
En cuanto a la existencia de vida extraterrestre, lo consideró una cuestión de probabilidad: "Considerando que el universo está hecho de cien mil millones de galaxias y si las dividimos por la población mundial, a cada uno le tocarían 14 galaxias, cada una de ellas formadas por unos cien mil millones de estrellas".
Es posible, entonces, "que cada una de estas estrellas tengan planetas que giran alrededor de otras, como lo hacen alrededor del Sol. Y, por lo tanto, sería posible la existencia del vida en el universo", fue su explicación.
"De todos modos, por ahora, no hay ninguna evidencia de que exista vida fuera de la Tierra. Este descubrimiento podría suceder mañana. Tal vez dentro de mil años, o tal vez jamás suceda", concluyó.
El Padre Funes, que es originario de Córdoba, se licenció en Astronomía en 1985, antes de ingresar a la Compañía de Jesús. Después de su ordenación sacerdotal, se doctoró en astrofísica en la Universidad de Padua, Italia. Y en el año 2006, el Papa Benedicto XVI lo nombró director del organismo.
Él lo considera un desafío apasionante, "porque se trata de hacer de puente entre la Iglesia Católica y los científicos, en particular los astrónomos".
La Specola vaticana
El Observatorio Astronómico o Telescopio (Specola, en italiano) Vaticano es un instituto de investigación científica que depende directamente de la Santa Sede. Fue creado en 1891, cuando el Papa León XIII quiso demostrar que la Iglesia no estaba opuesta al desarrollo científico y que, por el contrario, deseaba promover la ciencia de gran calidad.
Hoy en día, sus instalaciones están divididas entre Castel Gandolfo, el pueblo que alberga la residencia estival de los Papas, y Tucson, Arizona (Estados Unidos).
Esto se explica porque el observatorio, originalmente ubicado en la misma Ciudad del Vaticano, debió desplazarse por causa de la contaminación lumínica.
A comienzos de los años treinta, debido al incremento del uso de luz eléctrica, el cielo de Roma se volvió tan luminoso que hizo difícil la tarea de los astrónomos. Se decidió entonces el traslado de la Specola a Castel Gandolfo, por aquel entonces una zona mucho más rural. Pero el progreso hizo también de las suyas y finalmente el Observatorio fue dividido en 1981: mantiene su tradicional cuartel general, más la biblioteca y el museo en Italia, pero trasladó el telescopio a Monte Graham (Arizona).
El 13 de julio pasado, el papa Francisco visitó el Observatorio de Castel Gandolfo y almorzó allí con sus hermanos jesuitas. Recorrió las instalaciones y le mostraron especialmente partes de un meteorito encontrado en Argentina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario