El Sthaphylococcus aureus salió de los hospitales y circula en la comunidad. Cada vez son más los chicos que llegan a los hospitales pediátricos con infecciones en la piel, los pulmones, los huesos o las articulaciones que no responden al tratamiento con los antibióticos orales o en crema de uso habitual. Son las causadas por una bacteria que, hasta hace pocos años, atacaba sólo a los pacientes hospitalizados.
Según la Sociedad Argentina de Infectología Pediátrica (Sadip), el 65% de los chicos que llegan a un hospital con infecciones graves en la piel y otros órganos blandos por este germen son portadores del SARM de la comunidad o SARM-CO.
"Hace diez años, esta bacteria no existía, pero utilizamos tantos antibióticos que presionamos a los gérmenes a perfeccionarse y desarrollar resistencia al tratamiento. Actualmente, el 65% de estos microorganismos que aislamos en los laboratorios, y hasta el 80% en otros hospitales del país, son SARM-CO", señaló ayer ante la prensa el doctor Eduardo López, presidente de la Sadip y jefe del Departamento de Medicina del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez
El Sthaphylococcus a ureus es una bacteria que se encuentra normalmente en las axilas, la nariz, la vagina, el recto y el periné. La automedicación con antibióticos, por ejemplo, puede inducirla a desarrollar resistencia (haber tomado un antibiótico en el último año es un factor de riesgo, según la Sadip).
El SARM-CO, que suele afectar a los chicos de entre 2 y 12 años, se puede adquirir también a través del contacto con las manos contaminadas de otro portador.
Luego, un resfrío, una lesión cutánea, un traumatismo en la piel casi imperceptible o la disminución de las defensas son las principales vías de acceso de la infección por SARM-CO que pasa de la piel y otros tejidos blandos del cuerpo a la sangre y, de allí, rápidamente a los huesos.
El SARM-CO, que suele afectar a los chicos de entre 2 y 12 años, se puede adquirir también a través del contacto con las manos contaminadas de otro portador.
Luego, un resfrío, una lesión cutánea, un traumatismo en la piel casi imperceptible o la disminución de las defensas son las principales vías de acceso de la infección por SARM-CO que pasa de la piel y otros tejidos blandos del cuerpo a la sangre y, de allí, rápidamente a los huesos.
Según los registros del Gutiérrez y del Garrahan, que se analizarán la semana próxima en el II Congreso Internacional de Infectología Pediátrica y Vacunas, en esta ciudad, el 74% de los pacientes necesita algún tipo de cirugía para drenar los abscesos y el 10% debe ser derivado a terapia intensiva por complicaciones
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