Uno de cada 20 niños desarrolla tartamudeo antes de cumplir cinco años de edad, pero sólo uno de cada 100 continuará con el trastorno hasta la adolescencia.
Pero uno de cada cinco seguirán tartamudeando de forma persistente y la terapia temprana puede ofrecer beneficios importantes.
El resultado de la fluidez, dicen los investigadores, es importante porque muestra que la prueba puede ser utilizada en los niños que no están afectados, lo cual tiene que hacerse para poder identificar problemas.
Pero identificar a estos niños hasta ahora ha sido muy difícil.
Tal como expresan los investigadores de la organización Wellcome Trust, la nueva prueba de lenguaje puede detectar a estos niños.
Según los expertos, es clave diagnosticar y tratar tempranamente el trastorno.
El tartamudeo tiende a comenzar a alrededor de los tres años de edad. Cuatro de cada cinco niños dejar de tartamudear sin intervención, a menudo en el curso de dos años.
Los investigadores, basados en la Universidad de Londres, utilizaron una prueba desarrollada en Estados Unidos llamada SSI-3 (instrumento de tartamudeo severo).
En estudios previos llevaron un seguimiento de un grupo de niños desde los ocho años hasta la adolescencia.
Encontraron que la prueba SSI-3 era un indicador confiable de quién seguiría tartamudeando y quién se recuperaría. Otros indicadores, como el historial familiar, que se han utilizado en el pasado, fueron menos confiables.
El estudio mostró que la prueba es altamente sensitiva y específica al clasificar a quienes tartamudean pero se recuperarán, a quienes seguirán tartamudeando de forma persistente y a quienes tienen un habla "fluida" sin dificultades de comunicación.
En el nuevo estudio de la Universidad de Londres, publicado en Journal of Fluency Disorders, analizó a otros 272 niños con tartamudeo y 25 sin el trastorno de entre cinco y 19 años.
Mostró que la prueba puede usarse de forma confiable en toda las edades.
Los científicos también encontraron que la llamada "repetición de palabras completas" no era un indicador confiable del tartamudeo persistente.
Se encontró que los síntomas clave era la prolongación de fracciones de palabras, la repetición parcial de palabras o el "bloqueo" de la primera parte de una palabra.
El profesor Peter Howell, quien dirigió la investigación, expresa que "si podemos identificar a los niños en riesgo de tartamudeo, entonces podemos ofrecer intervenciones apropiadas para ayudarles lo más pronto posible".
"La escuela primera es un periodo clave en el desarrollo infantil y cualquier ayuda para combatir los problemas potenciales de comunicación hará una gran diferencia en la vida del niño".
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