“Nunca lo he visto tan feliz”, dijo la madre de Jonny Hickey a Today sobre el pequeño de 8 años.
La dicha de Jonny, un niño con autismo, solo puede explicarse a partir de su relación con Xena, una perra que lo acompaña desde el año pasado.
Pero Xena tampoco la ha tenido fácil. Fue rescatada el año pasado en Georgia luego de ser abandonada a su suerte. Moribunda, esquelética y devorada por insectos, ni siquiera podía caminar. Milagrosamente, los trabajadores de un refugio de animales en Dekalb lograron recuperarla y a los pocos meses fue adoptada por el pequeño Jonny.
Jonny, autista, solía ser un niño callado y retraído. Todo cambió cuando conoció a Xena en un evento solidario en noviembre pasado. La familia se enamoró de la perra y logró adoptarla. Hoy, Xena, dice la familia, está en plenitud.
Con la idea de concientizar sobre el autismo y la prevención del maltrato animal, Jonny y Xena ahora hacen videos de YouTube y tienen una página en Facebookdonde enseñan su bella amistad.
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