Masao Yoshida, el hombre que estaba cargo de la central nuclear japonesa de Fukushima cuando ocurrió el terremoto y el tsunami de marzo de 2011, murió de cáncer en un hospital de Tokio a la edad de 58 años.
Yoshida encabezó al llamado "Fukushima 50", el grupo de personas que arriesgaron sus vidas para contener el mayor desastre nuclear del mundo desde la tragedia de Chernobil.
A Yoshida le diagnosticaron cáncer de esófago, que afecta a la garganta, a fines del 2011, meses después del tsunami, según la empresa operadora de la central nuclear, Tokio Electric Power Co (TEPCO).
La compañía agregó que es poco probable que el cáncer fuera producto de la radiación, y argumentan que esa enfermedad suele tardar entre 5 y 10 años en desarrollarse si es producto de exposición radioactiva.
"El señor Yoshida unió a los trabajadores y manejó con valentía el accidente", dijo Naomi Hirose, jefa de TEPCO:
Yoshida se encontraba en el complejo nuclear de Fukushima cuando el tsunami destruyó el sistema de refrigeración de la central y tres de los reactores quedaron inutilizados. En una entrevista en noviembre de 2011, dijo que pensó varias veces en que moriría.
Desafiando las órdenes de sus jefes, Yoshida tomó la decisión de lanzar agua de mar al reactor número uno, una acción que puedo haber evitado una catástrofe mayor.
El primer ministro japonés, Shinzo Abe, dijo el martes que Yoshida "hizo un gran trabajo durante el accidente. Espero que su alma descanse en paz".
El manejo del desastre nuclear por parte de las autoridades fue duramente criticado, y una investigación independiente atribuyó el desastre a un "factor humano" producto de una confabulación entre TEPCO, los reguladores y el gobierno.
Más de dos años después del terremoto y el tsunami, la planta de Fukushima sigue siendo un lugar peligroso.
El martes, TEPCO informó de un aumento en los niveles de radiación en la planta tras recolectarse una muestra del agua en la zona de un pozo de observación ubicado cerca del océano.
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