Tiene cinco meses, pesa aproximadamente cinco kilogramos y tienemás de 90.000 amigos en Facebook.
Lentil es un cachorro bulldog francés que se hizo famoso por su labor de crear conciencia acerca de los niños con anomalías craneofaciales que afectan la cabeza y el rostro, como el paladar hendido y el labio leporino.
El febrero pasado, una camada de cuatro perros nació en el noreste de Estados Unidos. Todos los cachorros tenían defectos faciales y solo Lentil sobrevivió, con paladar hendido y labio leporino.
El febrero pasado, una camada de cuatro perros nació en el noreste de Estados Unidos. Todos los cachorros tenían defectos faciales y solo Lentil sobrevivió, con paladar hendido y labio leporino.
Debido a su problema de paladar, Lentil no podía comer o beber por sí mismo, y tenía que ser alimentado con un tubo cada par de horas.
Necesitaba un cuidado constante, así que Lindsay Condefer, una voluntaria en la Red de Rescate de Bulldogs Franceses de Filadelfia, intervino.
Comenzó un programa de alimentación durante todo el día y se aseguró de que Lentil recibía nutrición apropiada y frecuentemente. Su paladar estaba tan deformado que la comida y los líquidos se desviaban hacia la nariz de Lentil y eran un constante peligro.
Los primeros tres meses de su vida fueron difíciles. “Al principio, comía cada dos horas en un periodo de 24 horas, y luego a medida que creció, pudimos extenderlo a tres horas”, explica Condefer.
Condefer comenzó a bloguear sobre sus experiencias con Lentil y creó una página de Facebook llamada Mi nombre es Lentil. Nunca pensó que Lentil se volvería tan popular.
“Al inicio comencé el blog solo para sentarme, escribir y sacar todos mis pensamientos, para hacerle saber a las personas lo que sentía y pasaba (...) Y luego el blog se volvió esta página de Facebook, y recuerdo verlo y pensar: ‘Espera, ¿tiene 3.000 seguidores?' (Y luego), 'oh por Dios, ¿tiene 10.000?’”, dice Condefer.
Lentil era tan joven que los médicos de la escuela veterinaria de la Universidad de Pensilvania, en Estados Unidos, tuvieron que esperar unos meses antes de realizar la cirugía.
Los médicos Alexander Reiter y John Lewis ya habían trabajado con animales con paladares hendidos, pero el caso de Lentil era especial porque también tenía labio leporino.
Debido a que el labio de Lentil solo era un problema cosmético que no interfería con comer y beber, los cirujanos acordaron arreglar solo su paladar. “El labio leporino en sí es una cirugía más cosmética. Realmente no es una necesidad para los pacientes que no están completamente conscientes de cómo se ven”, señala Reiter.
La escuela veterinaria quiso que Lentil se volviera parte del programa que desarrollaba, donde los niños con ciertas condiciones conocían a animales con las mismas condiciones.
Los médicos sentían que Lentil sería el “perro embajador” perfecto para los niños con problemas craneofaciales.
“Puede ser benéfico permitir que algunos de nuestros pacientes de veterinaria que tuvieron algunas cirugías craneofaciales bastante complejas y algunos cambios en su apariencia puedan conocer a algunos niños e incluso adultos que pasan por procedimientos similares y tienen que lidiar con problemas parecidos”, dice Lewis.
Taylor dice que es importante para los niños con diferencias faciales sentirse lo más normales posible. “Nuestra pasión es ayudar a estos niños y a sus familias a convertirse en partes normales de la sociedad”.
Lentil es enormemente popular en el Hospital Infantil de Filadelfia, donde ha visitado a cientos de pacientes como Danny Pfeiffer, que han formado un lazo con él.
Pfeiffer, de 14 años, tiene una condición genética llamada síndrome de Saethre-Chotzen, en el que los huesos del cráneo se fusionan prematuramente, lo que previene que el cráneo crezca normalmente y afecta la forma de la cabeza y el rostro. Dice que Lentil le ayudó a lidiar con las complicaciones que se presentan con las cirugías faciales.
“No se ve como, ya sabes, un perro normal. Así que eso lo hace especial, así que probablemente hace especiales a los niños que tienen algo que tengo, los hace sentir especiales”, dice Pfeiffer.
Desde su cirugía exitosa en mayo, Lentil puede comer y beber sin ayuda. Cuando no está de viaje o trabajando, Lentil recibe a sus fanáticos en la tienda de mascotas de Condefer en Filadelfia. Sus fans lo llaman The Bean (frijol) y se llaman a sí mismos Beanstalkers (acosadores de Bean). Mientras tanto, la página de Facebook de Lentil crece.
Condefer aún no supera el impacto de su mascota. “Verlo conocer a estos niños... simplemente iba con ellos, dormía en su regazo y podías ver cómo se relacionaban con él, era maravilloso”, dice.
“Está aquí por una razón, y logró sobrevivir por una razón, y eso es lo que lo hace especial”.
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