Un equipo de científicos dice estar casi seguro de que un antiguo pedazo de tela contiene la sangre del último rey de Francia, Luis XVI, a quien los revolucionarios le cortaron la cabeza en la guillotina hace más de 200 años.
Según informan, el ADN (o material genético) encontrado en la tela es muy similar al extraído de la que se cree es la cabeza momificada de un rey francés anterior.
Después de que Luis XVI fue decapitado en París, muchos de los espectadores mojaron sus pañuelos con la sangre del rey para llevarselo como recuerdo.
El inusual souvenir ha estado en manos de una familia italiana desde hace un siglo.
Luis XVI de Francia fue monarca del país galo entre 1789 y 1792. Aunque desde su llegada al trono siempre pretendió hacer grandes reformas de Estado, careció del carácter para concretarlas. Sin embargo, durante su reinado logró debilitar a la Gran Bretaña y con ello propició la paz en Europa.
Su poder fue mermándose ante la Asamblea de Notables. Cuando decidió unirse a un ejército que le era leal con el fin de combatir a los revolucionarios, fue arrestado y suspendido. Tras firmar la Constitución de 1791 recuperó temporalmente su trono. No obstante, volvió a ser arrestado por sus diferencias con la Convención Nacional; fue procesado y finalmente condenado a morir en la guillotina el 21 de enero de 1793.
Justo inmediatamente después de ser decapitado, un joven miembro de la Guardia Nacional recogió la ensangrentada cabeza y la mostró al pueblo paseándose por el cadalso. La mayoría de los presentes entonaron La Marsellesa, pero otros se afanaban en recoger la sangre que se había filtrado a través de los maderos del cadalso; algunos incluso la bebieron.
Otros más mojaron sus pañuelos con la sangre del rey para llevárselo como recuerdo. Uno de esos inusuales “souvenirs” quedó en manos de una familia italiana, que hoy se la ha proporcionado a los científicos mencionados al inicio de este reporte.
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