Para muchos de nosotros los días parecen transcurrir entre una nube de ansiedad y otra.
Los profesionales en salud mental concuerdan cada vez más en que la prisa cotidiana, con una banda sonora de fondo compuesta de pitidos, sonidos y vibraciones que emanan incesantemente de varios dispositivos, activan nuestros mecanismos de estrés y nos mantienen en un constante —y psicológicamente dañino— estado de alerta.
“La forma en que vivimos actualmente puede compararse con correr un maratón”, dijo Leslie Sherlin, neurólogo y director científico de Neurotopia, una empresa que se dedica a entrenar los cerebros de los atletas. “En cierta forma es genial, pero no puedes correr maratones todo el tiempo”.
Hemos recibido mucha información acerca de la dieta, el ejercicio, las relaciones. Entonces, ¿por qué no estamos enseñando a nuestros cerebros a manejar mejor el estrés?
La tecnología utilizada actualmente para entrenar a soldados y atletas para desempeñarse bien en situaciones de mucho estrés podría beneficiarnos a todos.
Entrenando a los atletas
Los atletas se preparan para lograr un mejor desempeño en ambientes de mucha presión, a través de antiguas disciplinas orientales como el desarrollo de la consciencia, la presencia, la meditación, la respiración profunda y la neuro-retroalimentación.
Como parte del entrenamiento de algunos atletas de la NFL, la NBA, así como deportistas olímpicos, golfistas y muchos otros, Michael Gervais, psicólogo del deporte, y Sherlin, colocan electrodos en los sujetos para realizar un electroencefalograma cuantitativo (qEEG). Con los resultados, hacen un mapa personalizado del cerebro.
Con este mapa, los psicólogos del deporte valoran y cuantifican los aspectos mentales del desempeño, como la concentración, la velocidad de decisión, el tiempo de reacción y el control del estrés.
Después de mapear el cerebro, los psicólogos efectúan sesiones de media hora de neuro-retroalimentación para enseñar a los atletas a lograr patrones óptimos de ondas cerebrales. En una sesión típica, el atleta está sentado ante una pantalla grande con sensores conectados a su cuero cabelludo para detectar la actividad eléctrica del cerebro.
Entonces, el atleta se concentra en obtener los patrones de ondas cerebrales deseados que, a su vez, influirán en lo que ocurre en la pantalla. Es como controlar un videojuego con solo tus pensamientos. En la visita de CNN vimos una versión de una carrera de autos en el desierto.
Con este tratamiento los atletas aprenden a responder rápidamente a los estímulos causantes de estrés, a concentrarse en situaciones de tensión, a recuperarse de los errores y a detenerse y serenar sus mentes una vez que todo termina.
Estos psicólogos del deporte han reunido un banco privado de mapeos cerebrales con las evaluaciones de atletas de élite realizadas a lo largo de varios años de trabajo. Utilizan este banco para identificar los patrones de ondas cerebrales óptimos asociados con los niveles más altos de desempeño.
Se requieren entre 15 y 20 sesiones de neuro-retroalimentación para que los atletas aprendan algunas de estas técnicas, explica Sherlin, y agrega que la gente normal, como tú y yo, probablemente requeriríamos de 30 sesiones.
La neuro-retroalimentación se diseñó originalmente para medir la actividad cerebral de los pilotos de la NASA durante los ejercicios de simulación de vuelo y ha arrojado prometedores resultados iniciales para ayudar a entrenar a niños con trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y a personas con migrañas crónicas en la regulación de sus ondas cerebrales. En un estudio, se capacitó a algunos estudiantes de cirugía ocular para que mejoraran sus habilidades quirúrgicas al regular la actividad de sus propias ondas cerebrales.
El entrenamiento que reciben los atletas con los que Gervais y Sherlin trabajan aún no está disponible para el público en general, pero podría estarlo en un futuro cercano, en la forma de un sistema móvil con un sensor seco (sin sustancias pegajosas en el cabello), una tableta y audífonos que supuestamente aplican el mismo tipo de evaluaciones y entrenamiento que el modelo anterior.
Entrenando a los soldados para el campo de batalla
El psicólogo y profesor investigador de la Escuela Keck de Medicina de la Universidad del Sur de California (USC), Albert Skip Rizzo, es como un viaje de ciencia ficción aplicada, de Star Trek hasta Blade Runner.
Rizzo y sus colegas desarrollaron tecnologías de vanguardia en videojuegos y realidad virtual para satisfacer las necesidades clínicas de los soldados, en colaboración con el Ejército de Estados Unidos, Hollywood y el Instituto de Tecnologías Creativas de la USC, donde funge como subdirector de Realidad Virtual Médica.
Uno de los proyectos, llamado Resistencia al Estrés en Ambientes Virtuales (STRIVE, por sus siglas en inglés), entrena al personal activo para mejorar sus habilidades de resistencia y tolerancia en escenarios de combate de realidad virtual, antes de ser expuestos a las tensiones reales del combate.
Un segundo proyecto, llamado Iraq Virtual (también hay un Afganistán Virtual), ayuda a que los soldados que regresan del combate superen los traumas al revivir sus experiencias en un escenario de realidad virtual, equipados con un casco con gafas de video, audífonos y una máquina de aromas. Tanto STRIVE como Iraq Virtual (y Afganistán) se basan en la terapia de exposición, que ha sido efectiva para tratar eltrastorno de estrés postraumático (TEPT).
El problema con el TEPT es que la persona frecuentemente evita cualquier cosa que le recuerde el trauma, y esta evasión empieza a generalizarse en las cosas del día a día, dice Rizzo. “Es un efecto de cascada. Las cosas que evocan el miedo y la ansiedad ya no están relacionadas directamente con el trauma original, sino que se generalizan hacia el mundo externo. Ves gente con TEPT que ya no sale de su casa, y si lo hacen, son un manojo de nervios”.
La idea, dice Rizzo, es recrear el ambiente estresante en el consultorio del médico para ayudar a los pacientes a enfrentarse y combatir el trauma y darles las herramientas para lidiar emocionalmente con lo ocurrido.
Hay otra tecnología que, a diferencia de las anteriores, no requiere de un especialista e instalaciones clínicas: SimCoach. Es un “humano virtual” diseñado para su uso interactivo a través de internet.
Actualmente SimCoach está dirigido al personal militar en servicio activo, veteranos y sus familiares, pero podría tener un uso más amplio contrael estrés y la ansiedad cotidianos.
Los usuarios de SimCoach pueden elegir entre varios avatares con quienes hablar cuando se sienten estresados, como “un compañero en línea para cualquiera que es demasiado introvertido como para buscar ayuda; alguien que no quiere acercarse a un profesional clínico o quien se siente estigmatizado por acudir a un terapeuta”, dijo John Hart, director del programa en el Instituto de Tecnologías Creativas.
“SimCoach no es un médico para llevar, ni va a emitir un diagnóstico”, observó Hart. Tampoco está diseñado para sustituir la interacción humana.
SimCoach ayuda a quienes sufren los síntomas del estrés y la ansiedad a empezar a hablar del tema. También puede proporcionar información acerca de lo que están experimentando, sugerir instituciones locales donde pueden recibir atención y tal vez enseñarles ejercicios de respiración o técnicas de reducción de estrés. “SimCoach puede ayudar a la gente a acceder a la información adecuada cuando la necesitan”, dijo Hart.
Hogar, dulce hogar
Sin importar lo que hacemos, la mayoría nos sentimos como fugitivos huyendo de algo en nuestras vidas. El genio ya escapó de la lámpara, y las probabilidades de que nuestras vidas vuelvan a ser simples como en otros tiempos (si es que algún día lo fueron) son pocas.
Así como discutimos acerca de la adicción a la tecnología, de siempre estar conectados, del ayuno tecnológico y de la necesidad de diseñar dispositivos y aplicaciones que nos brinden más serenidad, podemos comenzar a explorar cómo sacar partido de algunas de estastecnologías para ayudarnos a movernos más fácilmente en este nuevo mundo, estilo The Matrix.
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