Hace poco la Unión Europea le inyectó una dosis sustancial de fondos a un proyecto que algunos califican tan relevante para la humanidad como el primer aterrizaje en la Luna.
De eso se trata del Proyecto Cerebro Humano, al que la UE decidió destinar US$1.360 millones durante diez años, y que tiene como fin reconstruir, pieza por pieza, nuestro cerebro electrónicamente.
Con ello, dicen sus promotores, la Humanidad podría avanzar años luz en el tratamiento de enfermedades cerebrales como la demencia, el mal de Alzheimer y la epilepsia, así como abrir paso a una nueva generación de supercomputadoras.
Algunos se sorprenderán de que en plena recesión económica Europa aporte semejante cantidad de dinero, pero según defienden los promotores del llamado Proyecto Cerebro Humano, recientes reportes indican que un tercio de la población europea sufre algún tipo de enfermedad psiquiátrica o neurológica como ansiedad, depresión o enfermedades degenerativas.
"Se trata de aunar el conocimiento que tenemos sobre el cerebro humano para entenderlo", explicó a la BBC Henry Markram, neurocientífico que lidera el proyecto desde la Escuela Politécnica Federal de Lausanne, en Suiza.
"Lo que proponemos es iniciar una nueva estrategia que acelere el rellenar las piezas del puzzle", explicó acerca un proyecto.
En él participarán más de 250 investigadores de 80 instituciones principalmente europeas, pero también de otros continentes, como la estadounidense IBM.
Según Makram, uno de los objetivos es poder simular con este cerebro la mayor cantidad de enfermedades posibles, así como probar drogas virtuales para evaluar sus efectos sin necesidad de hacerlo con seres humanos.
Pero habrá otras aplicaciones.
"Podemos extraer partes del cerebro como el hipocampo, que es como un buscador de Google. Si lo simplificas y lo pones en un chip de silicio, este funcionará como una pieza del cerebro", explicó.
De este modo, señaló, "se podrán tomar decisiones rápidas para problemas complejos. Será un sistema que podrá aprender".
"El proyecto es enorme y toca distintos aspectos", explicó a BBC Mundo Mel Slater, investigador de la Universidad de Barcelona involucrado en el proyecto, y cuya labor consistirá en generar un cuerpo virtual para este cerebro electrónico.
"El cerebro no existe sin el cuerpo, así que nuestro papel será crear simulaciones de cuerpos donde el cerebro aprenda interactuando con el entorno, otra gente y objetos".
Para ello su equipo de investigación empleará sistemas de realidad virtual.
"El cerebro es la máquina más impresionante que existe, y entender cómo funciona es importante para el futuro de la Humanidad", subraya Slater.
"Usa una energía equivalente a una bombilla de luz y si lo comparas con el consumo de una laptop, que consume cientos de veces más, vemos que si entendemos cómo lo hace, seremos capaces de usar esto en tecnología que consuma mucha menos energía que hoy", apunta.
El desarrollo de un cerebro podría entrañar innumerables dilemas éticos. Es por ello que el proyecto incluye a investigadores como Bernd Stahl, profesor del centro para Computación y Responsabilidad Social de la universidad Montfort en Leicester, en Reino Unido.
"En el lado ético se tratará de analizar la relevancia de esto para la sociedad en general -destacó-. También hay que analizar aspectos como la propiedad intelectual".
"Si logramos elaborar esta plataforma habrá cuestionamientos sobre su distribución, quién va a ser dueño del código. Esto podría beneficiar a la humanidad y se asume que debe compartirse, pero eso chocará con otros intereses y eso es lo que vamos a discutir", añadió.
No obstante, algunos científicos reciben la idea de recrear un cerebro electrónicamente con marcado escepticismo.
Un tercio de la población europea sufre algún tipo de enfermedad psiquiátrica o neurológica. |
Hasta el momento las investigaciones dirigidas a entender el funcionamiento de nuestro órgano más poderoso han avanzado con lentitud, y todavía hay muchas áreas que siguen siendo un completo misterio. Por ejemplo, qué originia nuestras emociones o nuestra memoria a corto plazo.
Pero para científicos como Slater la idea es intentarlo y ver qué sale de este cerebro, que en definitiva será una especie de programa informático.
"Imaginen que simulamos cada aspecto del cerebro humano. ¿Vendrán emociones con él? Si supiéramos la respuesta no haríamos este proyecto", dice.
"Algo importante de esto es que es un proyecto científico muy excitante, es entender y descubrir y aplicar lo que aprendemos en medicina y robótica. Y es muy bueno que la Unión Europea financie esta curiosidad científica y a largo plazo", concluye.
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