Por primera vez en casi diez siglos, el máximo líder de la Iglesia Católica Apostólica Ortodoxa, el Patriarca de Constantinopla, asistirá a la asunción del papa Francisco. La última vez que ocurrió fue en el año 1054, justo antes de la división de las iglesias oriental y occidental.
Su nombre es Bartolomé y oficia como patriarca ecuménico con un honorífico "primado entre iguales" para los ortodoxos de todo el mundo y acudirá a la misa de instalación del papa Francisco.
Le acompañarán además el metropolitano ortodoxo de Pérgamo, Ioannis Zizioulas, co-presidente de la Comisión Mixta para la unidad entre católicos y ortodoxos; el metropolita ortodoxo de Argentina, Tarassios, y el metropolita ortodoxo de Italia, Gennadios.
Bartolomé ejerce su cargo desde el año 1991 y tuvo una relación cercana y fluida con Benedicto XVI, a quien recibió en su residencia en Estambúl. Conoce varios idiomas entre los que se cuenta el griego, el turco, el latín, el italiano, el inglés, el francés y el alemán.
Tiene una gran influencia como líder honorífico en las iglesias ortodoxas de tradición griega y eslava. Pese a su liderazgo, su cargo es únicamente honorífico, aunque preside los concilios en los que toma parte y tiene la autoridad exclusiva de reconocer nuevos patriarcados.
Asimismo, es el principal portavoz de la Iglesia ortodoxa, pero no tiene jurisdicción en los asuntos internos de los otros patriarcados dentro la Iglesia ortodoxa.
Bartolomé lidera una iglesia de más de 300 millones de cristianos ortodoxos en todo el mundo y es el jefe de la denominada iglesia ortodoxa autocéfala de Constantinopla, con cerca de cuatro millones de fieles en varios países.
Es considerado sucesor de Andrés el Apóstol tal como el Papa católico es considerado sucesor de su hermano, Simón Pedro.
En la actualidad, el cristianismo ortodoxo es la religión predominante en Bielorrusia, Bulgaria, Chipre, Georgia, Grecia, Moldavia, Montenegro, la República de Macedonia, Rusia, Rumania, Serbia y Ucrania. De igual forma, existen también comunidades importantes en países como Alemania, Argentina, Australia, Canadá, España, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña e Italia.
Su gesto al acudir a Roma derriba un muro simbólico de distanciamiento que tiene casi mil años.
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