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martes, 18 de marzo de 2014

Dura homilía del Papa contra "los hipócritas disfrazados de buenos"

En la misa de este martes, Francisco dijo que la Cuaresma es un tiempo para "cambiar la vida" y "acercarse al Señor", pero sin fingimiento. "El hipócrita está tan lleno de sí mismo, que no ve a los demás", agregó
La homilía de esta mañana en la capilla de Casa Santa Marta estuvo dedicada a la Cuaresma. "Conversión", dijo el papa, es la palabra clave de este tiempo, un tiempo propicio para acercarse a Jesús. En referencia al pasaje bíblico en el cual el Señor llama a la conversión a dos "ciudades pecadoras", Sodoma y Gomorra, dijo que esto marca que "todos debemos cambiar de vida, "cuidar nuestra alma", en la cual siempre encontraremos algo.
La Cuaresma, entonces, es este "ajuste de la vida", acercándose a Dios, pero debe ser un "acercamiento sincero". Fue entonces cuando advirtió: "¿Qué hacen los hipócritas? Se disfrazan de buenos, ponen cara de estampita, rezan mirando cielo, haciéndose ver, se sienten más justos que los otros, despreciando a los otros".
El Señor no quiere eso, afirmó el papa. "Nadie es justo por sí mismo. Todos necesitamos ser justificados. Y el único que nos justifica es Jesucristo", agregó.
Subrayó entonces la necesidad de acercarse al Señor, "para no ser cristianos disfrazados, que cuando pasa esta apariencia se ve que en realidad no son cristianos".
A continuación dio la clave para saber si se está "en el buen camino", si no se es hipócrita.
"Auxilien al oprimido, hagan justicia con el huérfano, defiendan la causa de la viuda", citó. "Cuidar al prójimo, al enfermo, al pobre, al que tiene necesidades, al ignorante –explicó-. Los hipócritas no saben hacer esto, no pueden, porque están tan llenos de sí mismos que son ciegos para mirar a los demás. Cuando uno camina un poco y se acerca al Señor, las luces del Señor nos hacen ver estas cosas y nos llevan a ayudar a los hermanos. Éste es el signo de la conversión".
A la inversa, concluyó, "el signo de que estamos alejados del Señor es la hipocresía; el hipócrita no necesita al Señor, se salva a sí mismo, eso piensa, y se disfraza de santo".

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