Uno de los objetivos últimos de la ingeniería robótica es el desarrollo de máquinas prácticamente humanas y para ello, además de las emociones o la inteligencia, es necesario dotar al androide de sentidos como la vista, el oído o el tacto.
Mientras los dos primeros son relativamente fáciles de incorporar, mediante el uso de micrófonos o videocámaras, el último resulta particularmente complicado.
La respuesta, según un equipo de ingenieros estadounidenses, es sencilla: del mismo modo que lo hacen los humanos, con dedos sensibles dotados de huellas dactilares.
ngenieros biomédicos de la escuela de ingeniería Viterbi, adscrita a la Universidad del Sur de California, aseguran que lograron fabricar manos robóticas capaces de sentir distintas texturas.
Provistas de sensores táctiles conocidos como BioTac, combinados con una serie de algoritmos inteligentes, estas manos pueden seleccionar, controlar e interpretar lo que sienten explorando con sus dedos mecánicos.
Los dedos robóticos diseñados por el equipo, explica Jeremy Fishel, del departamento de ingeniería biomédica de la USC, tienen el mismo tamaño que un dedo humano y también huellas digitales en la superficie capaces de sentir texturas.
Los dedos están recubiertos por una piel flexible rellena de líquido, y las huellas dactilares de la superficie incrementan la sensibilidad de la mano captando la vibración del roce con los objetos.
La mano robótica desarrollada en la USC puede distinguir hasta 117 texturas distintas. |
Cuando el dedo se desliza sobre una textura, la piel vibra de distintas formas, y estas vibraciones son detectadas por el hidrófono (transductor de sonido) situado dentro del hueso metálico de los dedos.
Con este sistema, la mano robótica no sólo detecta el tipo de textura, sino dónde se percibe más presión (lo que permitiría percibir la forma) e incluso las propiedades termales del objeto.
Se podría decir que el sistema funciona de una forma similar al del dedo humano, pero con la diferencia, dicen sus creadores, de que el robótico sería más preciso.
La mano robótica se entrenó para detectar 117 materiales comunes, y al final del experimento podía identificar cada uno de los materiales con una precisión del 95%.
De hecho, el presupuesto original para el desarrollo de los sensoresBioTac fue aportado por la Academia Nacional de las Ciencias de Estados Unidos, con el fin de desarrollar mejores manos prostéticas para amputados.Además de su futura aplicación en robots humanoides, sus inventores aseguran que esta tecnología podría ser muy útil en la fabricación de prótesis dotadas de tacto.
El trabajo completo del profesor Gerald Loeb, coordinador del trabajo y Jeremy Fishel fue publicado en la revista científica Frontiers of Neurorobotics.
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