Un equipo de médicos en Reino Unido logró frenar un brote de una infección causada por la bacteria SARM (Staphylococcus aureus resistente a la meticilina), muy común en los hospitales, descifrando su código genético
Otra serie de pruebas los llevó a encontrar el origen de la infección en un miembro del personal del hospital, quien contagió -sin saberlo- a los bebés.
Todos los afectados fueron tratados y no se produjeron más contagios.
Según los médicos, se trata de la primera vez que se utiliza una prueba genética rápida para rastrear el origen de un brote y evitar que se extienda.
Los expertos creen que este procedimiento se volverá la norma en el futuro para resolver este tipo de casos.
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