Un niño de cinco años que se salvó del monstruoso tornado que azotó Oklahoma hace varios días, murió por las graves heridas en la cabeza y el cuello que le causaron las mordidas de un mastín de casi 70 kilos.
El menor había sido llevado a casa de Lynn Geiling en Jessieville, Arkansas, después de que él y su familia sobrevivieron a las poderosas tormentas. Sus padres luego regresaron a las ruinas de su casa, a más de 300 kilómetros, para recoger los pedazos de sus vidas.
El domingo, algo hizo enfurecer al niño, quien comenzó a gritar a la dueña de la casa, según la oficina del alguacil del condado. Geiling trató de calmarlo, pero los gritos alteraron a otro miembro de la familia, el perro.
El mastín probablemente pensó que el niño estaba atacando a su dueño, dijo el vocero del Condado de Garland, Scott Hinojosa.
El animal se lanzó sobre el niño. Geiling luchó por destrabar las mandíbulas alrededor del menor, mientras pedía la ayuda de su marido, según la oficina.
Cuando pudo separar al perro, el daño estaba hecho. La pareja trasladó rápidamente al menor herido en una ambulancia a un hospital, donde fue declarado muerto.
Las autoridades no proporcionaron el nombre del menor.
El perro huyó, pero fue capturado más tarde. Hasta ahora no se han presentado cargos contra Geiling, según Hinojosa.
“Realmente lamento lo que ocurrió en el Condado de Garland a gente que ha tenido que pasar por tal tragedia. Hace a tu corazón sangrar por ellos”, dijo la oficial de paz del condado, Mary Bournival, a la cadena KATV, filial de CNN.
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