Médicos acreditan a un superpegamento quirúrgico la supervivencia de una niña de 20 días de nacida en Kansas, Estados Unidos.
Ashlyn Julian nació saludable y feliz el 16 de mayo. Sin embargo, poco después de regresar a casa del hospital, sus padres notaron que algo estaba mal con la pequeña.
“Probablemente tenía 10 días de nacida y dormía mucho, entiendo que los bebés duerman mucho, pero hasta el grado de que no podía despertarla para alimentarla”, dijo la madre de Ashlyn, Gina Julian.
Entonces, abruptamente, su comportamiento cambió. “Pasamos de una bebé que era muy tranquila a una bebé que gritaba todo el tiempo y vomitaba, y en ese momento supimos que algo andaba muy mal”, dijo Julian.
Los padres de Ashlyn la llevaron dos veces a la sala de emergencias en el Hospital Infantil Mercy en Kansas City, donde los médicos notaron que su fontanela (el lugar blando en la cabeza del recién nacido) estaba levantada. Indecisos entre meningitis y algo en su cabeza, los médicos decidieron realizar un ultrasonido.
“El ultrasonido fue hasta donde llegamos porque vieron algo en su cabeza a tiempo en ese momento, así que decidieron transferirla a un hospital que estaba mejor equipado para lo que pasaba”, dijo Julian.
El lugar era el Hospital de la Universidad de Kansas, también en Kansas City. Allí, los médicos encontraron un aneurisma del tamaño de una almendra en el cerebro recién nacido de Ashlyn.
“No sabíamos cuál era la respuesta correcta. Este no era un caso que se presenta en los libros de texto”, dijo el médico Koji Ebersole, un neurocirujano endovascular. “Si intentas tratar a la bebé sin cerrar el aneurisma… la mayoría de estos bebés no pueden sobrevivir. Así que teníamos una razón fuerte para desarrollar un plan para cerrar el aneurisma”.
En el momento en que los médicos en el Hospital de la Universidad de Kansas recibieron a Ashlyn, ya había experimentado un sangrado por el aneurisma, y antes de la cirugía experimentaría un segundo. El tratamiento estándar para el aneurisma cerebral es abrir el cráneo, pero en una bebé tan pequeña como Ashlyn, esa no era la opción preferida.
“Era una consideración absolutamente fuerte para nosotros, e incluso posiblemente el plan principal”, dijo Ebersole. “La dificultad es que, en un niño tan pequeño, cualquier cantidad de pérdida de sangre representa un porcentaje significativo de su volumen total de sangre. Así que una cirugía en el cerebro para acercarse a algo que quiere sangrar; podría ponernos en una situación con sangrado que no podríamos controlar, y eso habría sido mortal”.
Después de estudiar imágenes de resonancia magnética del cerebro de Ashlyn, Ebersole estaba bastante seguro de que podría fotografiar el aneurisma por medio de un angiograma; un proceso que permite a los médicos ver el flujo de diferentes vasos sanguíneos en el cuerpo. Basándose en la ubicación del aneurisma de Ashlyn, decidió tomar un camino no ortodoxo en el tratamiento.
Ebersole estaba determinado a cerrar el aneurisma con superpegamento quirúrgico; un método que previamente solo se había utilizado en adultos.
Debido a que el sangrado en el cerebro es tan raro en los niños, ni siquiera hay herramientas para el procedimiento. Así que Ebersole improvisó, utilizó un microcatéter tan delgado como una hebra de cabello para insertarlo en el cuello de Ashlyn y acceder al aneurisma y depositar el pegamento.
El procedimiento mínimamente invasivo e innovador funcionó. Solo un día después de que su aneurisma fue erradicado, la sonda de respiración de Ashlyn fue removida; lo que superó las expectativas de su cirujano.
“¡Estamos emocionados! La sonda de respiración la quitaron al siguiente día”, dijo Ebersole. “No sabía que estaría lista tan rápido, y creo que es porque progresa constantemente desde ese entonces, así que estamos muy felices”.
Los médicos esperan que Ashlyn pueda salir del hospital en una semana y media, e incluso más sorprendentemente, esperan que su pronóstico a largo plazo sea bueno.
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