El paciente, normalmente un hombre, está absolutamente convencido de que su pareja le es infiel sin que exista motivo real que lo justifique.
En estos pacientes, el rival cobra especial relieve: quiere saber quién es, como le conoció, en qué le supera, poniendo constantemente de manifiesto esta morbosa curiosidad, y buscando en las respuestas de su pareja contradicciones que alimenten su convicción.
Se trata de una auténtica encarnación de la actitud y pensamientos de Otelo hacia Desdémona en la célebre obra de Shakespeare.
El delirio cenotípico, o síndrome de Otelo, consiste en el convencimiento de una persona de que su pareja le engaña con otras personas, sin posibilidad de rebatir esta creencia con razonamientos lógicos.
Los psiquiatras que declararon en la vista de ayer señalaron que entre el 4% y el 6% de la población está afectada por esta alteración, que se agrava por el deterioro psíquico producido con el envejecimiento, que reduce la capacidad mental para evitar su desarrollo y exteriorización.
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