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sábado, 24 de agosto de 2013

En la vejez, tu cuidador será un robot... y podrías encariñarte con él

 ¿Dejarías que un robot se encargara de cuidar a tu padre o abuelo como enfermero en casa?
En 2050, los ancianos representarán el 16% de la población mundial. Eso equivale a 1.500 millones de personas mayores de 65 años, según la Oficina de Referencias sobre Población de Estados Unidos. Cuidar de esos adultos mayores —física, emocional y mentalmente— será un trabajo enorme y los expertos dicen que habrá escasez de profesionales capacitados y dispuestos a asumir el trabajo.

“Tenemos que encontrar mayores recursos y nuevas formas de entregar esos recursos y de mantener la calidad del cuidado”, dice Antonio Espingardeiro, experto en robótica y automatización de la Universidad de Salford en Manchester, Inglaterra, y miembro de la Sociedad de Robótica y Automatización del Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos (IEEE, por sus siglas en inglés).
Aquí entra en escena el robot para el cuidado de los ancianos.
Los robots tienen el potencial de cubrir muchas de las necesidades de una población que envejece, de acuerdo con Espingardeiro. Espingardeiro es ingeniero de software y está terminando su doctorado en nuevas clases de interacción entre humanos y robots. Desarrolló un modelo de robot para el cuidado de ancianos, el P37 S65, que puede supervisar a los pacientes mayores y comunicarse con los médicos mientras brinda cuidados básicos y compañía.
Espingardeiro cree que los robots tienen gran potencial para ofrecer cuidados. Pueden usar sensores y cámaras para supervisar a una persona anciana, asegurarse de que tome sus medicamentos a la hora correcta o que no se caiga. La tecnología doméstica inteligente se está encargando de algunos de esos asuntos y usa sensores para trazar patrones y detectar automáticamente cuando algo falta. Por ejemplo, en una casa totalmente automatizada, se podría alertar a los cuidadores si la estufa ha estado encendida demasiado tiempo o si una persona se está desviando de su rutina diaria.
Sin embargo, los robots podrían llevar el cuidado automatizado un paso más allá. Podrían ayudar a personas que tienen demencia al recordarles sus tareas diarias y al guardar información importante —como números telefónicos o tipos de medicamentos— que la persona podría olvidar. Con una ligera habilidad para conversar, los robots también podrían mantener ágil la mente de las personas que envejecen al charlar con ellos y a desafiarlos con preguntas o juegos mientras registran su progreso o el deterioro de su memoria.
Los robots con pantallas de computadora también podrían servir como máquinas de presencia a distancia para cerrar la brecha que existe entre los profesionales de la salud y los ancianos. El viajar al hospital puede ser una experiencia estresante y las visitas frecuentes de una enfermera son prohibitivas en cuanto a costos y tiempo. En cambio, por medio de la pantalla del robot, un médico podría visitar con mayor frecuencia a su paciente y hasta podría controlar la máquina a distancia para que realice tareas sencillas, como tomar los signos vitales. Los familiares podrían comunicarse a distancia con un padre o un abuelo a través de un robot de presencia a distancia: sería como tener Skype con movimientos y un cuerpo.
Gracias a la inteligencia artificial avanzada y a los diseños humanoides, esos robots podrían incluso servir de compañía y tienen el potencial de mitigar la soledad.
En las casas de reposo en Japón ya se experimenta con robots para el cuidado de los ancianos. El Palro mide apenas 30 centímetros de alto y tiene forma de persona: tiene dos brazos, dos piernas y cabeza. Puede sostener conversaciones sencillas y jugar juegos. Un enfoque más adorable es el robot para terapia Palro, que ha existido por más de una década. Los robots lucen como pequeñas focas y responden a las caricias moviendo el cuerpo y los ojos. Son la alternativa a los animales terapéuticos para calmar y aliviar el estrés de los ancianos.
El gobierno japonés está considerando seriamente a los robots como solución para su población creciente de ancianos y destinó 24 millones de dólares de su presupuesto de 2013 a la investigación y el desarrollo de robots para el cuidado de los adultos mayores.
Aún con estas incursiones tempranas en el campo, Espingardeiro predice que podrían pasar 25 años más para que sea factible un cuidado robótico total. Los investigadores aún deben mejorar la confiabilidad de los robots y trabajar en el reconocimiento semántico y de patrones. La robótica de cuidados de asistencia se beneficia de las investigaciones en otros sectores, como el espacio y la defensa, en donde cuentan con presupuestos mayores. Los avances en esos ámbitos, como las investigaciones que se hicieron para el robot explorador de Marte, Curiosity, permearán y beneficiarán a todos los ámbitos de la robótica.
Es necesario esperar a que exista un robot enfermero totalmente funcional no solo porque el hardware, el software y la inteligencia artificial requieran mejoras. Los científicos también tienen que descubrir los mejores métodos para usarlos con seguridad.
“Ofrecer máquinas no es solo cuestión de comprar robots, aunque en el futuro se vuelvan baratos. Hay muchas cuestiones éticas”, dijo Espingardeiro.
Actualmente, Espingardeiro y otros investigadores estudian las ventajas y desventajas de los robots frente a los cuidadores humanos. También están estudiando las implicaciones potencialmente preocupantes de que un paciente establezca un lazo sentimental con un robot.
“Este es un grupo muy vulnerable, muy frágil”, dijo Espingardeiro. “¿Qué pasa si se encariñan con esas máquinas?”.

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