Los beneficios del consumo de frutas
y verduras no son un nuevo descubrimiento. Sin embargo, una nueva
investigación confirma su papel en la reducción de la mortalidad. Este
descenso es más importante en el caso de muertes por enfermedades
cardiovasculares.
El análisis, publicado recientemente en el American Journal of Epidemiology, ha sido dirigido por investigadores de diez países, entre ellos España, en el marco del Estudio Prospectivo Europeo sobre Nutrición y Cáncer (EPIC).
La muestra analizada incluye 25.682 casos de fallecidos (10.438 por cáncer y 5.125 por enfermedad cardiovascular) de entre los 451.151 participantes estudiados durante más de 13 años.
“Este trabajo es, hasta la fecha, el estudio epidemiológico más importante que ha analizado esta asociación”, explica a SINC María José Sánchez Pérez, directora del Registro de Cáncer de Granada de la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP) y una de las autoras de la investigación.
Según los resultados, el consumo combinado de frutas y verduras de más de 569 gramos al día reduce el riesgo de mortalidad en un 10% y lo retrasa en 1,12 años con respecto a un consumo inferior a 249 gramos diarios.
Además, por cada 200 gramos diarios de incremento en el consumo de frutas y verduras, este riesgo disminuye un 6%. La proporción de muertes que se podrían prevenir si toda la población que come poco este tipo de alimentos aumentara su consumo entre 100 a 200 gramos al día –alcanzándose así las recomendaciones de 400 a 500 gramos al día– es de un 2,9%.
Estudios previos ya apuntaban que el consumo de frutas y verduras, en las cantidades recomendadas por día, previene el desarrollo de enfermedades crónicas, y que su consumo disminuye el riesgo de mortalidad de un 10% a un 25%.
“Existe suficiente evidencia hoy día sobre el efecto beneficioso del consumo de frutas y verduras en la prevención del cáncer y otras enfermedades crónicas –afirma Sánchez–. Por ello, una de las actuaciones de prevención más efectivas es la promoción de su consumo en la población”.
Fruta para el corazón
Como consecuencia de una alimentación rica en frutas y verduras, el riesgo de mortalidad por enfermedad cardiovascular se reduce un 15%. Además, más de un 4% de los fallecidos por esta causa se podrían prevenir consumiendo más de 400 gramos diarios de estos alimentos.
Al considerar el consumo de frutas por separado, no se observó una reducción significativa del riesgo, mientras que el consumo de verduras sí se asoció por sí solo con un menor riesgo de mortalidad, que incluso fue más importante para las verduras crudas: un consumo elevado implica un 16% de reducción del riesgo de mortalidad.
“En relación con la mortalidad por cáncer, no se encontró una reducción estadísticamente significativa del riesgo, si bien será necesario evaluarlo según localizaciones específicas de cáncer”, añade Sánchez.
No obstante, subraya la experta, dado que el consumo de frutas y verduras se asocia con el riesgo de algunos cánceres –de colon y recto, estómago, pulmón, etc.–, es de esperar que su consumo también tenga un efecto positivo sobre la mortalidad por estos tumores.
Más efecto en personas con malos hábitos
La reducción del riesgo de mortalidad por el consumo de frutas y verduras fue mayor en los participantes que consumían alcohol (en torno a un 30-40% de reducción del riesgo), en los obesos (20%) y “posiblemente” también en los fumadores.
Tal y como añaden los autores, este efecto positivo probablemente sea debido a su alto contenido en antioxidantes, que actúan paliando el estrés oxidativo inducido por el alcohol, el tabaco y la obesidad.
“De esta manera, estos grupos de población se podrían beneficiar especialmente de los efectos positivos que ejercen las frutas y verduras sobre la prevención de las enfermedades crónicas y el riesgo de mortalidad por estas dolencias”, concluye Sánchez.
El análisis, publicado recientemente en el American Journal of Epidemiology, ha sido dirigido por investigadores de diez países, entre ellos España, en el marco del Estudio Prospectivo Europeo sobre Nutrición y Cáncer (EPIC).
La muestra analizada incluye 25.682 casos de fallecidos (10.438 por cáncer y 5.125 por enfermedad cardiovascular) de entre los 451.151 participantes estudiados durante más de 13 años.
“Este trabajo es, hasta la fecha, el estudio epidemiológico más importante que ha analizado esta asociación”, explica a SINC María José Sánchez Pérez, directora del Registro de Cáncer de Granada de la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP) y una de las autoras de la investigación.
Según los resultados, el consumo combinado de frutas y verduras de más de 569 gramos al día reduce el riesgo de mortalidad en un 10% y lo retrasa en 1,12 años con respecto a un consumo inferior a 249 gramos diarios.
Además, por cada 200 gramos diarios de incremento en el consumo de frutas y verduras, este riesgo disminuye un 6%. La proporción de muertes que se podrían prevenir si toda la población que come poco este tipo de alimentos aumentara su consumo entre 100 a 200 gramos al día –alcanzándose así las recomendaciones de 400 a 500 gramos al día– es de un 2,9%.
Estudios previos ya apuntaban que el consumo de frutas y verduras, en las cantidades recomendadas por día, previene el desarrollo de enfermedades crónicas, y que su consumo disminuye el riesgo de mortalidad de un 10% a un 25%.
“Existe suficiente evidencia hoy día sobre el efecto beneficioso del consumo de frutas y verduras en la prevención del cáncer y otras enfermedades crónicas –afirma Sánchez–. Por ello, una de las actuaciones de prevención más efectivas es la promoción de su consumo en la población”.
Fruta para el corazón
Como consecuencia de una alimentación rica en frutas y verduras, el riesgo de mortalidad por enfermedad cardiovascular se reduce un 15%. Además, más de un 4% de los fallecidos por esta causa se podrían prevenir consumiendo más de 400 gramos diarios de estos alimentos.
Al considerar el consumo de frutas por separado, no se observó una reducción significativa del riesgo, mientras que el consumo de verduras sí se asoció por sí solo con un menor riesgo de mortalidad, que incluso fue más importante para las verduras crudas: un consumo elevado implica un 16% de reducción del riesgo de mortalidad.
“En relación con la mortalidad por cáncer, no se encontró una reducción estadísticamente significativa del riesgo, si bien será necesario evaluarlo según localizaciones específicas de cáncer”, añade Sánchez.
No obstante, subraya la experta, dado que el consumo de frutas y verduras se asocia con el riesgo de algunos cánceres –de colon y recto, estómago, pulmón, etc.–, es de esperar que su consumo también tenga un efecto positivo sobre la mortalidad por estos tumores.
Más efecto en personas con malos hábitos
La reducción del riesgo de mortalidad por el consumo de frutas y verduras fue mayor en los participantes que consumían alcohol (en torno a un 30-40% de reducción del riesgo), en los obesos (20%) y “posiblemente” también en los fumadores.
Tal y como añaden los autores, este efecto positivo probablemente sea debido a su alto contenido en antioxidantes, que actúan paliando el estrés oxidativo inducido por el alcohol, el tabaco y la obesidad.
“De esta manera, estos grupos de población se podrían beneficiar especialmente de los efectos positivos que ejercen las frutas y verduras sobre la prevención de las enfermedades crónicas y el riesgo de mortalidad por estas dolencias”, concluye Sánchez.
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