Mirta Miralles le había enviado al Papa una púa, que representa a su hijo, además de una carta para agradecerle que "sus actitudes me hicieron encontrar palabras de aliento que no tuve de la Presidencia"
"Por favor con Mirta. Habla Francisco", escucha Mirta del otro lado de la línea, en un llamado que la sorprende a su celular, de un número privado. "No puedo creer que estoy hablando con usted", fue lo primero que le salió decir a la madre del "Terco" Cristian Viegas Méndez, una de las víctimas de la tragedia de Cromañón, esa tarde del jueves 14 de noviembre, que ahora relata.
"Por favor con Mirta. Habla Francisco", escucha Mirta del otro lado de la línea, en un llamado que la sorprende a su celular, de un número privado. "No puedo creer que estoy hablando con usted", fue lo primero que le salió decir a la madre del "Terco" Cristian Viegas Méndez, una de las víctimas de la tragedia de Cromañón, esa tarde del jueves 14 de noviembre, que ahora relata.
"La llamada la recibí dos días antes del cumple del Terco. Estaba
en casa, recién había llegado y pensé que era mi marido", aseguró la
mujer, quien había enviado una carta al Sumo Pontífice, acompañada de
una púa que representa al hijo perdido.
"No sabía si decirle Papa, Francisco. Fue todo muy loco,
no me podía mantener parada en ningún lugar. Y ahí le conté que había
conocido La Alameda, a Gustavo Vera, que los dos éramos docentes, y que
hace tiempo conocía a Lucas Schaerer (también integrante de la
fundación), que era muy buena persona, que nos había ayudado por
Cromañón", afirmó Miralles.
"Me gustó la púa, muy linda", le confirmó el Papa,
una púa que representa el amor del joven por la música, incluso "mi
marido, Jorge, después de Cromañón se puso a crear guitarras, que es una
manera de tenerlo presente, porque él siempre lo acompañó a Cristian a
los recitales", confirma la mujer.
Según las
palabras de la mujer, el escribirle una carta al Papa respondía a algo
concreto: "Tenía esa necesidad de palabras después de lo que pasó con
Cromañón ya que uno queda enojada con Dios. Pero la forma de manejarse
del Papa, sus actitudes, me hicieron encontrar una palabra de aliento que no tuve de la Presidencia, o la gente de DDHH".
"Recen por mí, y que Dios los bendiga", cerró Francisco la comunicación, la segunda recibida por la mujer desde el Vaticano.
La primera fue realizada por el secretario privado del Papa, Fabián
Pedaccio, el 29 de junio. "Con él lloré, pero con Francisco no. El padre
Fabián me había dicho que el Papa había leído la carta, que la
agradecía mucho y que iba a cuidar de mi Terco".
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