Se trata de una patología que padece el 2% de la población, con predominio en las mujeres, con una relación de 3 a 1, y según la especialista, entre las razones por las que hay más diagnósticos femeninos se encuentran el abuso sexual, el hecho de que las mujeres experimentan más mensajes inconsistentes e invalidantes, que son socializadas para ser más dependientes y también que, debido al estigma social, los hombres buscan menos ayuda psiquiátrica, lo que se traduce en menos chances de diagnosticarlos.
- Inestabilidad en la percepción de su propia imagen.
- Inestabilidad en su humor, comportamiento y en sus relaciones interpersonales (que a menudo son tormentosas e intensas).
- Estas personas se consideran a menudo privadas de los cuidados necesarios durante la niñez, por lo que se sienten vacías, furiosas y merecedoras de estos cuidados.
- Muestran cólera inapropiada e intensa, acompañada por cambios extremos en su visión del mundo, de sí mismas y de otras.
- A veces pierden de tal modo el contacto con la realidad que tienen episodios breves de pensamiento psicótico, paranoia y alucinaciones.
El TLP se puede manifestar antes de los 25 años, pero los años de mayor virulencia son entre los 18 y los 35.
La posible separación o pérdida parental (abandono en la niñez o adolescencia); un una implicación parental alterada (vida familiar disociada, comunicación deficiente en la familia); y/o el abuso físico, psicológico o sexual durante la infancia se encuentran entre las causas de tipo psicosociales.
En tanto, entre los factores genéticos que determinan el trastorno borderline, se pueden mencionar los antecedentes familiares psiquiátricos, expresados a través de disfunciones neurobiológicas y/o bioquímicas.
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