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martes, 28 de febrero de 2012

LA MONJA QUE BESO A ElVIS PRESLEY

 Dolores Hart, de 25 años, decidió dejarlo todo, incluida la fama, para convertirse en monja.

En el filme "Loving you", estrenado en 1957, fue la primera mujer que besó a Elvis Presley en una película.


 La última vez que se le vio entre el glamour y las alfombras rojas fue en la entrega de los premios Oscar de 1959 donde fue la presentadora. Hasta que más de medio siglo después volvió a pisar la alfombra del teatro Kodak de Los Angeles, en la 84 edición del premio, el domingo pasado.


En esta ocasión no llevaba lentejuelas ni maquillaje, como en otra época, sino su hábito de madre superiora, la acompañaban por las dos directoras del documental "God is the bigger Elvis" (Dios es más grande que Elvis) que cuenta su transformación y que fue nominado para una estatuilla.


En sólo cinco años Dolores grabó diez películas con actores como Montgomery Cliff, Anthony Quinn, Robert Warner, George Hamilton y Elvis.


Detalla la religiosa desde la abadía Reginan Laudis de Connecticut (EE.UU.), que aparece en el documental."Nos sonrojamos varias veces, así que el director cortaba la escena, pedía que nos maquillaran y volvíamos a empezar. 


En la pantalla sólo duró 15 segundos pero en la memoria lleva más de 55 años".


Aunque la entonces actriz ya tenía dudas sobre su vocación, aquel encuentro fue decisivo para su salto a la vida religiosa.
A su regreso a Nueva York organizó una última firma de autógrafos y citó a su novio, el empresario millonario Don Robinson. Tenían planeado casarse en unas semanas y ella rompió el compromiso. Luego tomó un carro y le pidió que la dejara en la abadía benedictina de Connecticut.

 detalla la religiosa en una entrevista que le hizo The New York Times:"Cuando crucé la puerta del convento fue como tirarme desde la azotea de un edificio de 20 pisos a una piscina sin agua"



Durante décadas Dolores se alejó de Hollywood hasta que en 1990 le convencieron para que siguiera conectada.
Le llevaron un televisor y un reproductor de video que guardó en el sótano del convento. Allí, en medio de los loros del lugar, analiza a los candidatos y luego envía su voto por correo.
Su historia pasó desaparecida durante años hasta que un imitador de Elvis, Philip Stanic, autodenominado como Elvis Presley Jr., aseguró que ella y el rey del rock and roll eran sus padres biológicos.
La monja, que entonces seguía su vida de ordeño de vacas y recogida de fresas, salió en los medios desmintiendo su maternidad. A los años fue elegida como madre superiora de la abadía con cuarenta monjas a su cargo.
 Detalla la monja:"Nunca dejé Hollywood porque pensara que fuera un lugar de pecado. Simplemente sentí otra vocación"
Este fin de semana, sin embargo, cuando volvió a pisar la alfombra de la ceremonia de entrega de los Oscar, abrió una puerta de su pasado.
No ganó el Oscar, que finalmente fue para el documental Saving face (sobre un cirujano plástico), pero volvió a ser la atención de las cámaras.
Y esta vez la gente le pedía autógrafos a la monja, no a la actriz.







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