El equipo internacional de investigadores, incluidos científicos de la Universidad de Newcastle, Inglaterra, y el Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos, analizaron los registros médicos de unos 180.000 pacientes jóvenes.
Descubrieron que los menores de 15 años que habían sido expuestos a la radiación de dos o tres tomografías computarizadas (TC) en la cabeza mostraron tres veces más riesgo de desarrollar cáncer cerebral más tarde en la vida.
Y someterse a entre cinco o 10 de estos escáneres puede triplicar el riesgo de leucemia.
Pero el estudio, publicado en la revista The Lancet, subraya que el incremento en el riesgo general es pequeño y los beneficios de esta tecnología -que se utiliza para detectar fracturas, lesiones o ciertas enfermedades- superan a los riesgos.
De cualquier forma, agregan los autores, es prudente mantener a un mínimo las radiaciones de TC en la cabeza durante la infancia y asegurarse de que el uso de estos escáneres "está clínicamente justificado".
Durante una tomografía computarizada, un dispositivo de rayos X rota alrededor del paciente para producir imágenes detalladas de órganos y otras partes internas del cuerpo humano.
Las imágenes de TC son una herramienta de diagnóstico esencial y cada vez se usa más esta tecnología en todo el mundo.
Sin embargo, se sabe que la radiación ionizante que usan estas tecnologías tiene un riesgo potencial de cáncer, especialmente en los niños que son más sensibles que los adultos.
La investigación de Newcastle, el primer estudio de largo plazo sobre el impacto de las TC, analizó los registros de pacientes menores de 21 años que habían sido sometidos a estos escáneres en varios hospitales británicos entre 1985 y 2002.
Debido a que el cáncer vinculado a la radiación tarda tiempo en desarrollarse los investigadores analizaron los datos de casos y mortalidad por cáncer hasta 2009.
Los datos mostraron que el incremento en el riesgo debido a las TC se trasladaba a un caso adicional de leucemia y un caso adicional de tumor cerebral por cada 10.000 escáneres de cabeza en niños menores de 10 años.
Tal como explica el doctor Mark Pearce, quien dirigió el estudio, "encontramos incrementos significativos en el riesgo de leucemia y tumores cerebrales después de una TC en la niñez o en los primeros años de adultez".
Pero, agrega, "los beneficios inmediatos de una TC superan a los riesgos en muchas circunstancias debido a su precisión diagnóstica y velocidad de escaneo".
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