La lista de factores que pueden
desencadenar una crisis global es larga y va desde una crisis fiscal en
economías clave, el más grave, hasta una erupción volcánica, pasando por
un ataque cibernético, de acuerdo con el Reporte de riesgos globales 2014, elaborado por el Foro Económico Mundial.
El reporte dividió los riesgos en cinco rubros: económico, ambiental, geopolítico, social y tecnológico, según el documento realizado a partir de la opinión de 700 tomadores de decisiones y líderes consultados entre octubre y noviembre del 2013.
Entre los consultados hay representantes de empresas y miembros del Foro Económico Mundial, así como integrantes de la Red de Consejos de la Agencia Global, y de organizaciones civiles como Global Shapers o Juventud de Líderes Globales.
El informe destaca, no sólo el riesgo de cada uno de los factores, sino la combinación de estos. “Innovaciones como internet y el teléfono móvil han impulsado la productividad, han creado nuevas oportunidades de empleo y han mejorado el acceso a la información”, señala el estudio. “Pero la misma dinámica detrás de estas ganancias, en la que todo está más conectado e interdependiente, también es una amenaza”, advierte.
“El reporte enfatiza la importancia de entender los riesgos sistémicos, el pensamiento a largo plazo para enfrentarlos y mitigarlos, y el rol crítico de los jóvenes”, explica en el documento Klaus Schawab, fundador y director ejecutivo del Foro Económico Mundial.
¿Es la economía?
El informe destaca que una posible crisis fiscal en economías clave supone el mayor riesgo para que se desate una reacción en cadena. "Una deuda excesiva genera riesgos de tasas de interés alta, presión inflacionaria y crisis de solvencia de deudas", de acuerdo con el documento.
La caída de instituciones y mecanismos internacionales, la falta de liquidez de los Estados, el desempleo elevado, el cambio drástico en los precios de los combustibles, así como el declive del dólar como la principal moneda de cambio también representan riesgos elevados de crisis global.
El desempleo masivo, en particular, podría provocar la pérdida de una generación completa, advierte el Foro Económico Mundial.
“Los jóvenes de la primera década del siglo XXI enfrentan un alto desempleo y trabajo precario, lo que reduce sus posibilidades de construir un futuro, y aumenta el riesgo de disturbios sociales”.
La crisis fiscal de Estados Unidos, la amenaza del desplome de pagos en la eurozona y las protestas en mercados emergentes son ejemplos de crisis que trascendieron las fronteras de un país durante el 2013 y que se pueden repetir, de acuerdo con el reporte.
La amenaza de la naturaleza
El medioambiente también puede desencadenar una crisis global en caso de que aumenten los eventos extremos como inundaciones, tormentas e incendios, así como los eventos naturales: terremotos, tsunamis, erupciones volcánicas o tormentas geomagnéticas. Estos sucesos tienen el potencial de romper las cadenas de suministro de productos básicos, al igual que las redes de comunicación, según el reporte.
Entre los 700 tomadores de opinión, las mujeres y los jóvenes le dieron más importancia que los hombres adultos al impacto que pueden tener a nivel global las crisis medioambientales, que también incluyen la escasez de agua y fallar en mitigar y adaptarnos al cambio climático.
De nuevo, el terrorismo
En términos geopolíticos, los ataques terroristas a gran escala, el incremento del crimen organizado y el aumento de la corrupción, entre otros, pueden detonar crisis de gobernabilidad o conflictos diplomáticos.
El impacto cibernético
La vulnerabilidad del mundo digitalizado supone otra amenaza, según el estudio, que pondera el peligro de la intervención de redes de información, los ataques cibernéticos a gran escala y el fraude o robo masivo de datos, por su impacto potencial a nivel global.
En el mundo del ciberespacio "es más fácil atacar que defenderse", apunta el reporte. Este explica que, si no se presta atención, internet podría dejar de ser un lugar seguro para el comercio y las comunicaciones. De ahí “la necesidad de una colaboración multisectorial mundial para mantener la capacidad de recuperar el ciberespacio” en caso de ser necesario, según el Foro Económico Mundial.
Desigualdad y otras tragedias
En el cuarto lugar de los 10 factores más preocupantes, figura uno sobre el que líderes internacionales como el presidente Barack Obama o el papa Francisco han advertido: la disparidad de ingresos en la población. También en el aspecto social, destacan otros como las crisis alimentarias, una pandemia, que los gobiernos no puedan manejar las enfermedades crónicas o que alguna bacteria se vuelva resistente a los antibióticos. Las ciudades con una urbanización deficiente también pueden provocar crisis a gran escala que deriven en desestabilización social.
Las amenazas no acaban ahí. La aparición de las impresoras 3-D, los vehículos automáticos o el abuso de la tecnología suponen riesgos en potencia a los que no hay que perder la pista.
El reporte, que este año publica su novena edición, pretende estimular “la reflexión de ejecutivos y líderes alrededor del mundo”, de acuerdo con el documento y se ubica en el marco del Foro Económico Mundial, que se celebra del 22 al 25 de enero en Davos, Suiza.
El reporte dividió los riesgos en cinco rubros: económico, ambiental, geopolítico, social y tecnológico, según el documento realizado a partir de la opinión de 700 tomadores de decisiones y líderes consultados entre octubre y noviembre del 2013.
Entre los consultados hay representantes de empresas y miembros del Foro Económico Mundial, así como integrantes de la Red de Consejos de la Agencia Global, y de organizaciones civiles como Global Shapers o Juventud de Líderes Globales.
El informe destaca, no sólo el riesgo de cada uno de los factores, sino la combinación de estos. “Innovaciones como internet y el teléfono móvil han impulsado la productividad, han creado nuevas oportunidades de empleo y han mejorado el acceso a la información”, señala el estudio. “Pero la misma dinámica detrás de estas ganancias, en la que todo está más conectado e interdependiente, también es una amenaza”, advierte.
“El reporte enfatiza la importancia de entender los riesgos sistémicos, el pensamiento a largo plazo para enfrentarlos y mitigarlos, y el rol crítico de los jóvenes”, explica en el documento Klaus Schawab, fundador y director ejecutivo del Foro Económico Mundial.
¿Es la economía?
El informe destaca que una posible crisis fiscal en economías clave supone el mayor riesgo para que se desate una reacción en cadena. "Una deuda excesiva genera riesgos de tasas de interés alta, presión inflacionaria y crisis de solvencia de deudas", de acuerdo con el documento.
La caída de instituciones y mecanismos internacionales, la falta de liquidez de los Estados, el desempleo elevado, el cambio drástico en los precios de los combustibles, así como el declive del dólar como la principal moneda de cambio también representan riesgos elevados de crisis global.
El desempleo masivo, en particular, podría provocar la pérdida de una generación completa, advierte el Foro Económico Mundial.
“Los jóvenes de la primera década del siglo XXI enfrentan un alto desempleo y trabajo precario, lo que reduce sus posibilidades de construir un futuro, y aumenta el riesgo de disturbios sociales”.
La crisis fiscal de Estados Unidos, la amenaza del desplome de pagos en la eurozona y las protestas en mercados emergentes son ejemplos de crisis que trascendieron las fronteras de un país durante el 2013 y que se pueden repetir, de acuerdo con el reporte.
La amenaza de la naturaleza
El medioambiente también puede desencadenar una crisis global en caso de que aumenten los eventos extremos como inundaciones, tormentas e incendios, así como los eventos naturales: terremotos, tsunamis, erupciones volcánicas o tormentas geomagnéticas. Estos sucesos tienen el potencial de romper las cadenas de suministro de productos básicos, al igual que las redes de comunicación, según el reporte.
Entre los 700 tomadores de opinión, las mujeres y los jóvenes le dieron más importancia que los hombres adultos al impacto que pueden tener a nivel global las crisis medioambientales, que también incluyen la escasez de agua y fallar en mitigar y adaptarnos al cambio climático.
De nuevo, el terrorismo
En términos geopolíticos, los ataques terroristas a gran escala, el incremento del crimen organizado y el aumento de la corrupción, entre otros, pueden detonar crisis de gobernabilidad o conflictos diplomáticos.
El impacto cibernético
La vulnerabilidad del mundo digitalizado supone otra amenaza, según el estudio, que pondera el peligro de la intervención de redes de información, los ataques cibernéticos a gran escala y el fraude o robo masivo de datos, por su impacto potencial a nivel global.
En el mundo del ciberespacio "es más fácil atacar que defenderse", apunta el reporte. Este explica que, si no se presta atención, internet podría dejar de ser un lugar seguro para el comercio y las comunicaciones. De ahí “la necesidad de una colaboración multisectorial mundial para mantener la capacidad de recuperar el ciberespacio” en caso de ser necesario, según el Foro Económico Mundial.
Desigualdad y otras tragedias
En el cuarto lugar de los 10 factores más preocupantes, figura uno sobre el que líderes internacionales como el presidente Barack Obama o el papa Francisco han advertido: la disparidad de ingresos en la población. También en el aspecto social, destacan otros como las crisis alimentarias, una pandemia, que los gobiernos no puedan manejar las enfermedades crónicas o que alguna bacteria se vuelva resistente a los antibióticos. Las ciudades con una urbanización deficiente también pueden provocar crisis a gran escala que deriven en desestabilización social.
Las amenazas no acaban ahí. La aparición de las impresoras 3-D, los vehículos automáticos o el abuso de la tecnología suponen riesgos en potencia a los que no hay que perder la pista.
El reporte, que este año publica su novena edición, pretende estimular “la reflexión de ejecutivos y líderes alrededor del mundo”, de acuerdo con el documento y se ubica en el marco del Foro Económico Mundial, que se celebra del 22 al 25 de enero en Davos, Suiza.
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