Chipre es conocido
por su sol, sus ruinas antiguas y su delicioso queso halloumi, pero poca
gente sabe que también es hogar de la denominación de origen más
antigua del mundo.
Commandaria es un vino para postres con un sabor tan rico como su historia. Se cree que los caballeros de las Cruzadas le otorgaron su nombre en el siglo XIII, pero que se produjo por primera vez hace 5.000 años.
Placeres que te mantienen saludable
Se produce en las fértiles pendientes de gran altitud, en el suroeste de la isla que se conoció como La Gran Comandería en las Cruzadas. En esa época, los Caballeros de la Orden de San Juan renombraron al vino local en honor de su nuevo protectorado.
Según la leyenda, el rey inglés Ricardo Corazón de León de estaba tan entusiasmado con el commandaria, que en su boda lo calificó como “el vino de los reyes y el rey de los vinos”, según menciona el Libro de Récords Guinness.
Todos los elementos de Chipre
En la ciudad costera de Limassol, en la soleada costa del sur de Chipre, la marca más popular de commandaria, KEO St. John, se fabrica con una receta protegida por la denominación de origen, la única que tiene Chipre.
“(El vino commandaria) tiene todos los elementos de Chipre: tienes miel, hierbas, vainilla, especies y frutos secos como ciruelas… es muy complicado”, dice Antoniou Dimitris, enólogo en KEO.
Una característica distintiva del commandaria es que después de que se recogen las uvas, se dejan en el sol durante 10 días, lo que aumenta la densidad de sus azúcares.
Después, los fabricantes prensan las uvas, fortifican el vino y lo añejan durante al menos dos años en barricas de roble antes de ser embotellado. A medida que pasan los años, el líquido ámbar se intensifica en viscosidad y dulzura.
Herencia antigua, interpretación moderna
Excavaciones arqueológicas realizadas en la última década tienen evidencia de que la historia del vino en Chipre se remonta a hace no solo cientos, sino miles de años. Algunos creen que Chipre pudo ser el sitio de las primeras cosechas de vino en Europa, remontándose a hace 5,000 años.
Junto con las marcas populares que producen commandaria, ha surgido una nueva generación de vitivinicultores.
Lefteris Mohianakis tiene viñedos en las altas colinas cerca de la ciudad de Zoopigi. Las dos uvas que utiliza, Mavro, una uva roja, y Xynisteri, una blanca, han sido utilizadas para producir el famoso vino dulce de la isla. Pero cuando Lefteris habla sobre vino chipriota, habla de Nama, el nombre más antiguo con el que los caballeros cruzados del siglo XIII llamaban a commandaria.
“Trabajo con base en la tradición, pero intento involucrar la enología, que es una ciencia contemporánea”, dice.
Durante su carrera, Mohianakis trabajó en vinaterías en todo el mundo, y en su punto de vista, Chipre es único en su capacidad para cosechar vino dulce.
“Verdaderamente creo que el terroir (la geología y clima de un lugar) es una de las cosas más importantes para producir un vino de alta calidad”, dice.
Así que, ¿Mohianakis cree que su vino sabe igual que el nama que se bebía en Chipre hace 5.000 años?
“Creo que los historiadores pueden darte una idea sobre el pasado, pero los sentidos no pueden transmitirse a través de la historia. Así que no puedes entender cómo olía o sabía un nama antiguo”, dice Mohianakis.
“Mi mentalidad es que caminamos sobre la base de la tradición, de las cosas transmitidas de generación en generación; los relatos, las sensaciones, pero lo mejor que podemos hacer es darle una oportunidad a la vid de elegir por sí misma qué tipo de producto quiere crear. Estas viñas han estado aquí durante 150 años… Solo intento darles a las viñas la oportunidad de expresarse a través de mi vino”.
Commandaria es un vino para postres con un sabor tan rico como su historia. Se cree que los caballeros de las Cruzadas le otorgaron su nombre en el siglo XIII, pero que se produjo por primera vez hace 5.000 años.
Placeres que te mantienen saludable
Se produce en las fértiles pendientes de gran altitud, en el suroeste de la isla que se conoció como La Gran Comandería en las Cruzadas. En esa época, los Caballeros de la Orden de San Juan renombraron al vino local en honor de su nuevo protectorado.
Según la leyenda, el rey inglés Ricardo Corazón de León de estaba tan entusiasmado con el commandaria, que en su boda lo calificó como “el vino de los reyes y el rey de los vinos”, según menciona el Libro de Récords Guinness.
Todos los elementos de Chipre
En la ciudad costera de Limassol, en la soleada costa del sur de Chipre, la marca más popular de commandaria, KEO St. John, se fabrica con una receta protegida por la denominación de origen, la única que tiene Chipre.
“(El vino commandaria) tiene todos los elementos de Chipre: tienes miel, hierbas, vainilla, especies y frutos secos como ciruelas… es muy complicado”, dice Antoniou Dimitris, enólogo en KEO.
Una característica distintiva del commandaria es que después de que se recogen las uvas, se dejan en el sol durante 10 días, lo que aumenta la densidad de sus azúcares.
Después, los fabricantes prensan las uvas, fortifican el vino y lo añejan durante al menos dos años en barricas de roble antes de ser embotellado. A medida que pasan los años, el líquido ámbar se intensifica en viscosidad y dulzura.
Herencia antigua, interpretación moderna
Excavaciones arqueológicas realizadas en la última década tienen evidencia de que la historia del vino en Chipre se remonta a hace no solo cientos, sino miles de años. Algunos creen que Chipre pudo ser el sitio de las primeras cosechas de vino en Europa, remontándose a hace 5,000 años.
Junto con las marcas populares que producen commandaria, ha surgido una nueva generación de vitivinicultores.
Lefteris Mohianakis tiene viñedos en las altas colinas cerca de la ciudad de Zoopigi. Las dos uvas que utiliza, Mavro, una uva roja, y Xynisteri, una blanca, han sido utilizadas para producir el famoso vino dulce de la isla. Pero cuando Lefteris habla sobre vino chipriota, habla de Nama, el nombre más antiguo con el que los caballeros cruzados del siglo XIII llamaban a commandaria.
“Trabajo con base en la tradición, pero intento involucrar la enología, que es una ciencia contemporánea”, dice.
Durante su carrera, Mohianakis trabajó en vinaterías en todo el mundo, y en su punto de vista, Chipre es único en su capacidad para cosechar vino dulce.
“Verdaderamente creo que el terroir (la geología y clima de un lugar) es una de las cosas más importantes para producir un vino de alta calidad”, dice.
Así que, ¿Mohianakis cree que su vino sabe igual que el nama que se bebía en Chipre hace 5.000 años?
“Creo que los historiadores pueden darte una idea sobre el pasado, pero los sentidos no pueden transmitirse a través de la historia. Así que no puedes entender cómo olía o sabía un nama antiguo”, dice Mohianakis.
“Mi mentalidad es que caminamos sobre la base de la tradición, de las cosas transmitidas de generación en generación; los relatos, las sensaciones, pero lo mejor que podemos hacer es darle una oportunidad a la vid de elegir por sí misma qué tipo de producto quiere crear. Estas viñas han estado aquí durante 150 años… Solo intento darles a las viñas la oportunidad de expresarse a través de mi vino”.
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