En diciembre pasado, altos ejecutivos
de Google, Oracle y Telefónica (entre ellos el CEO de esta última, José María Álvarez
Pallete) se dieron cita por primera vez en El Vaticano, convocados por
Francisco "para hablar acerca de cómo colaborarán en hacer realidad
técnicamente a nivel mundial las Scholas Occurrentes", el nombre en latín de
esta red de Escuelas para el Encuentro, que impulsa el Papa argentino a través
de la Pontificia Academia de Ciencias de la Santa Sede.
. Quien así lo explica a Infobae es José María del Corral, uno de los directores que el Papa designó al frente del proyecto.
Cuando Jorge Bergoglio asumió como Sumo Pontífice, el 19 de marzo del año pasado, en primera fila, asistiendo a la misa de entronización, estaban sentados dos amigos que hizo venir especialmente de Buenos Aires. Uno era un cartonero; el otro vestía guardapolvos de maestro. Ese delantal blanco de José María del Corral intrigó a los medios del mundo. ¿Sería el enfermero del Papa?, se preguntaron algunos.
En realidad, Del Corral, que es director del Colegio San Martín de Tours, en la avenida Figueroa Alcorta (ciudad de Buenos Aires), además de teólogo y pedagogo, vestía así por pedido del flamante Papa. Todo un mensaje, que cobró más significación cuando, meses más tarde, en agosto de 2013, y en presencia de las estrellas del fútbol argentino e italiano Lionel Messi y Gianluigi Buffon, el Papa anunció el lanzamiento del proyecto Scholas Occurrentes, nombrando como directores a Del Corral y al también argentino Enrique Palmeyro, encargado por Bergoglio, en sus tiempos de Cardenal, de la relación con los cartoneros, entre otras tareas.
"Para que haya una cultura del encuentro tiene que haber una educación para el encuentro", dice Del Corral explicando los fundamentos de la iniciativa. Para curar la enfermedad del mundo –agrega- cuyos síntomas son la guerra y la violencia, hay que "recrear una educación distinta, que recupere una mirada antropológica que hemos perdido, que recupere los valores humanos esenciales y que abarque toda la realidad que viven los chicos, es decir, una mirada holística: todos tenemos un lugar en esta realidad educativa: médicos, policías, artistas... el Papa llama a todos".
Pelota, libros, merienda
Por eso la convocatoria a astros del deporte. Vale la pena recordar las palabras que el Papa les dirigió aquel 13 de agosto del año pasado a los miembros de los seleccionados de fútbol de Argentina e Italia: "Queridos jugadores, quisiera recordarles especialmente que, con su modo de comportarse, tanto en el campo como fuera de él, en la vida, son un referente. (...) El bien que ustedes hacen es impresionante. Con su conducta, con su juego, con sus valores hacen bien, la gente los mira, aprovechen para sembrar el bien. Aunque no se den cuenta, para tantas personas (...) son un modelo, para bien o para mal. (...) Ustedes también son artífices del entendimiento y de la paz social (...). Ustedes son referencia para tantos jóvenes y modelo de valores encarnados en la vida" (el discurso completo).
Del Corral lamenta que el tema educativo, que estuvo en el centro de aquella reunión de los futbolistas con el Papa, haya sido mayormente ignorado por la prensa, que prefirió concentrarse en el partido amistoso que luego jugarían los seleccionados en honor a Francisco. Sin embargo, recuerda que tanto Buffon como Messi rescataron en ese encuentro la importancia de sumarse como "educadores", como gente que, desde una concepción amplia de la educación, tiene un papel que cumplir ante los jóvenes.
"El Papa nos dijo: 'unid escuelas, deportes populares y solidaridad' –explicó por su parte Enrique Palmeyro a Rome Reports. Con estos valores, con estos deportistas que los chicos miran, e imitan, queremos también difundir los valores y la educación".
"Francisco –explica Del Carril- quiere unificar el fútbol con la educación, para incorporar a los millones de niños que en el mundo no están escolarizados. La idea es recuperar la tradición de sacerdotes como Juan Bautista Lasalle, Marcelino Champagnat o Don Bosco: pelota, libros, merienda, como pivotes de una educación para el encuentro. Hoy es la pelota y también la play porque los chicos ya no pertenecen a una única escuela ni se educan en un solo país. Desde chiquitos están conectados al mundo. Por eso la idea es la escuela después de las escuelas, que no sean las paredes del aula las que definan la identidad de una escuela".
El objetivo es que puedan conectarse incluso los niños que no están escolarizados. El amigo del Papa recuerda que, en un viaje a Paraguay, vio escuelas que no estaban conectadas pero donde los alumnos tenían celulares. "Estamos estudiando cómo incorporar a estos chicos a la red desde sus celulares".
Un proyecto en tres etapas
Una primera etapa es la conexión de las escuelas a la red para el intercambio de proyectos. "No es sólo subirse a la red, sino retroalimentarse para ir creando esa aula virtual", explica.
"Esa aula mundial hay que pensarla, diseñarla, construirla –sigue diciendo. Hay que crear el soporte digital que permita a todas las escuelas del mundo conectarse e intercambiar experiencias". Por eso la reunión con las empresas más relevantes del mundo digital.
La segunda etapa es por lo tanto la concreción de esa aula virtual de la cual todos los chicos, incluso los no escolarizados, puedan participar.
"Finalmente, en una tercera etapa, la idea es pasar de la virtualidad a los encuentros físicos, reales. A través del arte, el deporte y desde diferentes posiciones económicas, religiones y realidades sociales. Unir lo lúdico con el arte y generar acciones transformadores de la realidad inmediata. El mismo trabajo que veníamos haciendo con él en la diócesis de Buenos Aires, con las Escuelas de Vecinos", agrega.
En efecto, tanto Del Corral como Enrique Palmeyro vienen trabajando en esto con Jorge Bergoglio desde hace mucho tiempo. "Cuando asumió como Arzobispo de Buenos Aires, a fines de los 90, me nombró en el Consejo General de Educación del Arzobispado", recuerda el director del San Martín de Tours, que hoy preside ese organismo. "En el año 2000, en Plaza de Mayo, en el marco del Diálogo Interreligioso a nivel educativo, plantamos, con chicos de todas las escuelas porteñas, un olivo".
En la vigilia por la paz en Siria en plaza San Pedro el pasado 7 de septiembre el Papa hizo referencia a ese acto. Además, en el decreto de creación de las Escholas Occurrentes se menciona como antecedente la experiencia porteña de las Escuelas de Vecinos.
Fútbol por la paz
Scholas Occurrentes no es sólo un programa del vaticano sino un movimiento mundial, aclara el director de la red. Y también ecuménico. "La primera institución que se conectó a la red desde Argentina es la ORT que es una escuela judía", dice Del Corral.
"El movimiento de Scholas tiene como emblema el olivo. Por eso el Papa entregó uno a Lionel Messi y a Buffon, como símbolo de que el fútbol debe volver a ser lugar de encuentro y promesa de paz a través del aspecto formativo que tiene este deporte".
En marzo, en coincidencia con el primer aniversario de Francisco como Papa habrá otra reunión de deportistas y educadores para compartir las primeras experiencias del proyecto. Además, al término del Mundial de Fútbol en Brasil, jugadores de fútbol cristianos, judíos y musulmanes participarán del primer partido de fútbol por la Paz del mundo organizado por Scholas Occurrentes.
"Seguiremos llevando el Olivo del Encuentro por la Paz a través de la educación por todo el mundo y hasta lograr la inclusión del último niño hasta hoy excluido", anuncia Del Carril.
Una síntesis del proyecto en el video a continuación:
Quien así lo explica a Infobae es José María del Corral, uno de los directores que el Papa designó al frente del proyecto.
Cuando Jorge Bergoglio asumió como Sumo Pontífice, el 19 de marzo del año pasado, en primera fila, asistiendo a la misa de entronización, estaban sentados dos amigos que hizo venir especialmente de Buenos Aires. Uno era un cartonero; el otro vestía guardapolvos de maestro. Ese delantal blanco de José María del Corral intrigó a los medios del mundo. ¿Sería el enfermero del Papa?, se preguntaron algunos.
En realidad, Del Corral, que es director del Colegio San Martín de Tours, en la avenida Figueroa Alcorta (ciudad de Buenos Aires), además de teólogo y pedagogo, vestía así por pedido del flamante Papa. Todo un mensaje, que cobró más significación cuando, meses más tarde, en agosto de 2013, y en presencia de las estrellas del fútbol argentino e italiano Lionel Messi y Gianluigi Buffon, el Papa anunció el lanzamiento del proyecto Scholas Occurrentes, nombrando como directores a Del Corral y al también argentino Enrique Palmeyro, encargado por Bergoglio, en sus tiempos de Cardenal, de la relación con los cartoneros, entre otras tareas.
"Para que haya una cultura del encuentro tiene que haber una educación para el encuentro", dice Del Corral explicando los fundamentos de la iniciativa. Para curar la enfermedad del mundo –agrega- cuyos síntomas son la guerra y la violencia, hay que "recrear una educación distinta, que recupere una mirada antropológica que hemos perdido, que recupere los valores humanos esenciales y que abarque toda la realidad que viven los chicos, es decir, una mirada holística: todos tenemos un lugar en esta realidad educativa: médicos, policías, artistas... el Papa llama a todos".
Pelota, libros, merienda
Por eso la convocatoria a astros del deporte. Vale la pena recordar las palabras que el Papa les dirigió aquel 13 de agosto del año pasado a los miembros de los seleccionados de fútbol de Argentina e Italia: "Queridos jugadores, quisiera recordarles especialmente que, con su modo de comportarse, tanto en el campo como fuera de él, en la vida, son un referente. (...) El bien que ustedes hacen es impresionante. Con su conducta, con su juego, con sus valores hacen bien, la gente los mira, aprovechen para sembrar el bien. Aunque no se den cuenta, para tantas personas (...) son un modelo, para bien o para mal. (...) Ustedes también son artífices del entendimiento y de la paz social (...). Ustedes son referencia para tantos jóvenes y modelo de valores encarnados en la vida" (el discurso completo).
Del Corral lamenta que el tema educativo, que estuvo en el centro de aquella reunión de los futbolistas con el Papa, haya sido mayormente ignorado por la prensa, que prefirió concentrarse en el partido amistoso que luego jugarían los seleccionados en honor a Francisco. Sin embargo, recuerda que tanto Buffon como Messi rescataron en ese encuentro la importancia de sumarse como "educadores", como gente que, desde una concepción amplia de la educación, tiene un papel que cumplir ante los jóvenes.
"El Papa nos dijo: 'unid escuelas, deportes populares y solidaridad' –explicó por su parte Enrique Palmeyro a Rome Reports. Con estos valores, con estos deportistas que los chicos miran, e imitan, queremos también difundir los valores y la educación".
"Francisco –explica Del Carril- quiere unificar el fútbol con la educación, para incorporar a los millones de niños que en el mundo no están escolarizados. La idea es recuperar la tradición de sacerdotes como Juan Bautista Lasalle, Marcelino Champagnat o Don Bosco: pelota, libros, merienda, como pivotes de una educación para el encuentro. Hoy es la pelota y también la play porque los chicos ya no pertenecen a una única escuela ni se educan en un solo país. Desde chiquitos están conectados al mundo. Por eso la idea es la escuela después de las escuelas, que no sean las paredes del aula las que definan la identidad de una escuela".
El objetivo es que puedan conectarse incluso los niños que no están escolarizados. El amigo del Papa recuerda que, en un viaje a Paraguay, vio escuelas que no estaban conectadas pero donde los alumnos tenían celulares. "Estamos estudiando cómo incorporar a estos chicos a la red desde sus celulares".
. Quien así lo explica a Infobae es José María del Corral, uno de los directores que el Papa designó al frente del proyecto.
Cuando Jorge Bergoglio asumió como Sumo Pontífice, el 19 de marzo del año pasado, en primera fila, asistiendo a la misa de entronización, estaban sentados dos amigos que hizo venir especialmente de Buenos Aires. Uno era un cartonero; el otro vestía guardapolvos de maestro. Ese delantal blanco de José María del Corral intrigó a los medios del mundo. ¿Sería el enfermero del Papa?, se preguntaron algunos.
En realidad, Del Corral, que es director del Colegio San Martín de Tours, en la avenida Figueroa Alcorta (ciudad de Buenos Aires), además de teólogo y pedagogo, vestía así por pedido del flamante Papa. Todo un mensaje, que cobró más significación cuando, meses más tarde, en agosto de 2013, y en presencia de las estrellas del fútbol argentino e italiano Lionel Messi y Gianluigi Buffon, el Papa anunció el lanzamiento del proyecto Scholas Occurrentes, nombrando como directores a Del Corral y al también argentino Enrique Palmeyro, encargado por Bergoglio, en sus tiempos de Cardenal, de la relación con los cartoneros, entre otras tareas.
"Para que haya una cultura del encuentro tiene que haber una educación para el encuentro", dice Del Corral explicando los fundamentos de la iniciativa. Para curar la enfermedad del mundo –agrega- cuyos síntomas son la guerra y la violencia, hay que "recrear una educación distinta, que recupere una mirada antropológica que hemos perdido, que recupere los valores humanos esenciales y que abarque toda la realidad que viven los chicos, es decir, una mirada holística: todos tenemos un lugar en esta realidad educativa: médicos, policías, artistas... el Papa llama a todos".
Pelota, libros, merienda
Por eso la convocatoria a astros del deporte. Vale la pena recordar las palabras que el Papa les dirigió aquel 13 de agosto del año pasado a los miembros de los seleccionados de fútbol de Argentina e Italia: "Queridos jugadores, quisiera recordarles especialmente que, con su modo de comportarse, tanto en el campo como fuera de él, en la vida, son un referente. (...) El bien que ustedes hacen es impresionante. Con su conducta, con su juego, con sus valores hacen bien, la gente los mira, aprovechen para sembrar el bien. Aunque no se den cuenta, para tantas personas (...) son un modelo, para bien o para mal. (...) Ustedes también son artífices del entendimiento y de la paz social (...). Ustedes son referencia para tantos jóvenes y modelo de valores encarnados en la vida" (el discurso completo).
Del Corral lamenta que el tema educativo, que estuvo en el centro de aquella reunión de los futbolistas con el Papa, haya sido mayormente ignorado por la prensa, que prefirió concentrarse en el partido amistoso que luego jugarían los seleccionados en honor a Francisco. Sin embargo, recuerda que tanto Buffon como Messi rescataron en ese encuentro la importancia de sumarse como "educadores", como gente que, desde una concepción amplia de la educación, tiene un papel que cumplir ante los jóvenes.
"El Papa nos dijo: 'unid escuelas, deportes populares y solidaridad' –explicó por su parte Enrique Palmeyro a Rome Reports. Con estos valores, con estos deportistas que los chicos miran, e imitan, queremos también difundir los valores y la educación".
"Francisco –explica Del Carril- quiere unificar el fútbol con la educación, para incorporar a los millones de niños que en el mundo no están escolarizados. La idea es recuperar la tradición de sacerdotes como Juan Bautista Lasalle, Marcelino Champagnat o Don Bosco: pelota, libros, merienda, como pivotes de una educación para el encuentro. Hoy es la pelota y también la play porque los chicos ya no pertenecen a una única escuela ni se educan en un solo país. Desde chiquitos están conectados al mundo. Por eso la idea es la escuela después de las escuelas, que no sean las paredes del aula las que definan la identidad de una escuela".
El objetivo es que puedan conectarse incluso los niños que no están escolarizados. El amigo del Papa recuerda que, en un viaje a Paraguay, vio escuelas que no estaban conectadas pero donde los alumnos tenían celulares. "Estamos estudiando cómo incorporar a estos chicos a la red desde sus celulares".
Un proyecto en tres etapas
Una primera etapa es la conexión de las escuelas a la red para el intercambio de proyectos. "No es sólo subirse a la red, sino retroalimentarse para ir creando esa aula virtual", explica.
"Esa aula mundial hay que pensarla, diseñarla, construirla –sigue diciendo. Hay que crear el soporte digital que permita a todas las escuelas del mundo conectarse e intercambiar experiencias". Por eso la reunión con las empresas más relevantes del mundo digital.
La segunda etapa es por lo tanto la concreción de esa aula virtual de la cual todos los chicos, incluso los no escolarizados, puedan participar.
"Finalmente, en una tercera etapa, la idea es pasar de la virtualidad a los encuentros físicos, reales. A través del arte, el deporte y desde diferentes posiciones económicas, religiones y realidades sociales. Unir lo lúdico con el arte y generar acciones transformadores de la realidad inmediata. El mismo trabajo que veníamos haciendo con él en la diócesis de Buenos Aires, con las Escuelas de Vecinos", agrega.
En efecto, tanto Del Corral como Enrique Palmeyro vienen trabajando en esto con Jorge Bergoglio desde hace mucho tiempo. "Cuando asumió como Arzobispo de Buenos Aires, a fines de los 90, me nombró en el Consejo General de Educación del Arzobispado", recuerda el director del San Martín de Tours, que hoy preside ese organismo. "En el año 2000, en Plaza de Mayo, en el marco del Diálogo Interreligioso a nivel educativo, plantamos, con chicos de todas las escuelas porteñas, un olivo".
En la vigilia por la paz en Siria en plaza San Pedro el pasado 7 de septiembre el Papa hizo referencia a ese acto. Además, en el decreto de creación de las Escholas Occurrentes se menciona como antecedente la experiencia porteña de las Escuelas de Vecinos.
Fútbol por la paz
Scholas Occurrentes no es sólo un programa del vaticano sino un movimiento mundial, aclara el director de la red. Y también ecuménico. "La primera institución que se conectó a la red desde Argentina es la ORT que es una escuela judía", dice Del Corral.
"El movimiento de Scholas tiene como emblema el olivo. Por eso el Papa entregó uno a Lionel Messi y a Buffon, como símbolo de que el fútbol debe volver a ser lugar de encuentro y promesa de paz a través del aspecto formativo que tiene este deporte".
En marzo, en coincidencia con el primer aniversario de Francisco como Papa habrá otra reunión de deportistas y educadores para compartir las primeras experiencias del proyecto. Además, al término del Mundial de Fútbol en Brasil, jugadores de fútbol cristianos, judíos y musulmanes participarán del primer partido de fútbol por la Paz del mundo organizado por Scholas Occurrentes.
"Seguiremos llevando el Olivo del Encuentro por la Paz a través de la educación por todo el mundo y hasta lograr la inclusión del último niño hasta hoy excluido", anuncia Del Carril.
Una síntesis del proyecto en el video a continuación:
Quien así lo explica a Infobae es José María del Corral, uno de los directores que el Papa designó al frente del proyecto.
Cuando Jorge Bergoglio asumió como Sumo Pontífice, el 19 de marzo del año pasado, en primera fila, asistiendo a la misa de entronización, estaban sentados dos amigos que hizo venir especialmente de Buenos Aires. Uno era un cartonero; el otro vestía guardapolvos de maestro. Ese delantal blanco de José María del Corral intrigó a los medios del mundo. ¿Sería el enfermero del Papa?, se preguntaron algunos.
En realidad, Del Corral, que es director del Colegio San Martín de Tours, en la avenida Figueroa Alcorta (ciudad de Buenos Aires), además de teólogo y pedagogo, vestía así por pedido del flamante Papa. Todo un mensaje, que cobró más significación cuando, meses más tarde, en agosto de 2013, y en presencia de las estrellas del fútbol argentino e italiano Lionel Messi y Gianluigi Buffon, el Papa anunció el lanzamiento del proyecto Scholas Occurrentes, nombrando como directores a Del Corral y al también argentino Enrique Palmeyro, encargado por Bergoglio, en sus tiempos de Cardenal, de la relación con los cartoneros, entre otras tareas.
"Para que haya una cultura del encuentro tiene que haber una educación para el encuentro", dice Del Corral explicando los fundamentos de la iniciativa. Para curar la enfermedad del mundo –agrega- cuyos síntomas son la guerra y la violencia, hay que "recrear una educación distinta, que recupere una mirada antropológica que hemos perdido, que recupere los valores humanos esenciales y que abarque toda la realidad que viven los chicos, es decir, una mirada holística: todos tenemos un lugar en esta realidad educativa: médicos, policías, artistas... el Papa llama a todos".
Pelota, libros, merienda
Por eso la convocatoria a astros del deporte. Vale la pena recordar las palabras que el Papa les dirigió aquel 13 de agosto del año pasado a los miembros de los seleccionados de fútbol de Argentina e Italia: "Queridos jugadores, quisiera recordarles especialmente que, con su modo de comportarse, tanto en el campo como fuera de él, en la vida, son un referente. (...) El bien que ustedes hacen es impresionante. Con su conducta, con su juego, con sus valores hacen bien, la gente los mira, aprovechen para sembrar el bien. Aunque no se den cuenta, para tantas personas (...) son un modelo, para bien o para mal. (...) Ustedes también son artífices del entendimiento y de la paz social (...). Ustedes son referencia para tantos jóvenes y modelo de valores encarnados en la vida" (el discurso completo).
Del Corral lamenta que el tema educativo, que estuvo en el centro de aquella reunión de los futbolistas con el Papa, haya sido mayormente ignorado por la prensa, que prefirió concentrarse en el partido amistoso que luego jugarían los seleccionados en honor a Francisco. Sin embargo, recuerda que tanto Buffon como Messi rescataron en ese encuentro la importancia de sumarse como "educadores", como gente que, desde una concepción amplia de la educación, tiene un papel que cumplir ante los jóvenes.
"El Papa nos dijo: 'unid escuelas, deportes populares y solidaridad' –explicó por su parte Enrique Palmeyro a Rome Reports. Con estos valores, con estos deportistas que los chicos miran, e imitan, queremos también difundir los valores y la educación".
"Francisco –explica Del Carril- quiere unificar el fútbol con la educación, para incorporar a los millones de niños que en el mundo no están escolarizados. La idea es recuperar la tradición de sacerdotes como Juan Bautista Lasalle, Marcelino Champagnat o Don Bosco: pelota, libros, merienda, como pivotes de una educación para el encuentro. Hoy es la pelota y también la play porque los chicos ya no pertenecen a una única escuela ni se educan en un solo país. Desde chiquitos están conectados al mundo. Por eso la idea es la escuela después de las escuelas, que no sean las paredes del aula las que definan la identidad de una escuela".
El objetivo es que puedan conectarse incluso los niños que no están escolarizados. El amigo del Papa recuerda que, en un viaje a Paraguay, vio escuelas que no estaban conectadas pero donde los alumnos tenían celulares. "Estamos estudiando cómo incorporar a estos chicos a la red desde sus celulares".
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