A esto se le denomina el Capital social.
El saber que las relaciones sanas ayudan al éxito de una empresa u organizacioes una cosa; hacer que estas relaciones ocurran es otra.
Éste es el desafío por el que debemos bregar todos cada uno en el ambito donde se desempeña y es funcion primordial de los lideres.
Lograr que una persona se sienta satisfecha con su empresa y su trabajo es el resultado de muchos factores. Estos pueden ser ambientales o monetarios, personales o profesionales, pero si crean un desajuste entre lo que la persona espera y lo que la empresa ofrece, se produce frustración y decepción, y por consiguiente, nace la insatisfacción.
La tendencia actual debe ser apuntar al bienestar físico, sicológico y espiritual del trabajador.
El liderazgo no lo podemos llamar sólo como un conjunto de talentos y atributos de un individuo, sino una condición que depende de una interacción entre la personas. Es un proceso social que depende de las conexiones entre todos, sus metas y sus logros en común.
La sociedad y la empresa se deben humanizar, sólo así se podrá mejorar la calidad de vida de nuestros contemporáneos y la de los que seguirán por los caminos que, en estos días, los nuevos líderes están llamados a trazar.
Creo que el individualismo radical, más aún que la secularidad y el pluralismo, es el retrato más vivo de la sociedad actual.
Frecuentemente me acuerdo de lo que dice San Pablo en la Carta a los Romanos, 15, 7-9: “Nadie de nosotros no vive ni muere para él mismo: si vivimos, vivimos para el Señor, y si morimos, morimos para el Señor. Por esto, tanto si vivimos como si morimos, somos del Señor”.
Toda la revolución del Evangelio empieza por el corazón del hombre en paz, según la sexta Bienaventuranza: “Dichosos los que son limpios de corazón, porque verán a Dios”. Quienes llegan a tener el corazón limpio de malas intenciones, de pasiones como por ejemplo la envidia, tan universal, llegan a ver el que Dios quiere, llegan a ver el rostro de Cristo.
CREO PROFUNDAMENTE QUE: académicos, periodistas, ingenieros, médicos, directivos de organizaciones, etc.) debemos tener una sola meta: luchar por un mundo mucho más humano y justo, a través de la transmisión de ideas.
Todos podemos aportar tiempo y creatividad para ser puente entre los más excluidos y vulnerables.
Las intenciones para humanizar a la humanidad tienen que terminar en acciones concretas y tangibles
CONSIGNA: “Seamos ejemplo de la responsabilidad social”
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