El secreto está en las plaquetas. En los últimos años, los investigadores han experimentado con distintos geles de plaquetas, estudiando sus efectos en la reparación de huesos y curación de hematomas e hinchazón de tejidos. Pero, a pesar de que se han obtenido resultados positivos en algunos casos, David Hom, director de la División de Cirugía Reconstructiva y Cirugía Plástica Facial de la Universidad de Cincinnati, afirma que todavía no está claro de qué manera influirían estos geles en el proceso de curación de heridas en individuos sanos.
En un experimento publicado en la revista Archives of Facial Plastic Surgery, Hom, por aquel entonces en la Facultad de Medicina de la Universidad de Minnesota, y sus colegas estudiaron el efecto de los geles derivados de plaquetas en ocho individuos sanos.
Para ello, Hom obtuvo muestras de sangre de cada sujeto y elaboró un gel individual para cada uno de ellos.
Tras aplicar una anestesia local se realizaron pequeñas incisiones en los muslos de cada sujeto.
Las heridas de una pierna se trataron con el gel y las de la otra con un antibiótico tradicional en pomada. Seis meses después, los sujetos volvieron para continuar el estudio y Hom y sus colegas observaron que las heridas tratadas con el gel se habían curado estadísticamente más rápido que las de control.
Cuando Hom comparó la cantidad de plaquetas presentes en el gel de cada sujeto, descubrió que los individuos con una concentración de plaquetas en gel seis veces superior a la de su sangre se curaban más rápido.
Aunque Hom solo estudió los geles en individuos sanos, afirma que ahora espera hacerlo en pacientes con problemas crónicos de cicatrización de heridas, como diabéticos o personas que estén recibiendo un tratamiento de quimioterapia
Y añadió que serán necesarios más estudios con pacientes de estos grupos para poder llegar a una conclusión.
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