Como se sabe el consumo excesivo del alcohol puede ocasionar enfermedades como la cirrosis. Sin embargo, este hábito también podría afectar de manera negativa nuestra piel, según advirtieron algunos especialistas en dermatología y estética.
La rosácea (enrojecimiento de algunas partes del rostro y cuello) y la psoriasis (inflamación crónica de la piel) serían algunos de los males más comunes, producidos fundamentalmente por el consumo de whisky, ginebra y vodka, las bebidas más peligrosas para la piel.
Daisy Morales, cosmetóloga de los Centros de Estética Pretty Woman, explicó a La Nación de Chile que el alcohol también puede producir "un desbalance en el nivel de azúcar, lo cual impacta en la piel de manera tan grave que incluso puede aumentar la aparición de acné". El licor repercute negativamente sobre la vitamina A, favoreciendo la pérdida de flexibilidad de la piel, la aparición de arrugas, líneas finas y piel muerta.
Como se sabe, una bebida destilada es aquella que se obtiene al hervir una bebida fermentada. Este proceso eleva la graduación alcohólica de la bebida, que queda por encima de los 17º. A veces se le añade sustancias acompañantes (aromas, azúcar o agua), para que sea más suave y agradable de sabor.
"El alcohol -sobre todo el destilado- muchas veces hace que la piel se vea mal al día siguiente, debido a sus efectos deshidratantes. Al deshidratar el cuerpo, la piel también sufre este proceso, debido a que tiene un efecto sobre la hormona anti-diurética que es responsable de la micción e hidratación", enfatiza la experta en belleza.
La genética es responsable sólo del 25% de los daños a la piel y el 75% restante culpa de factores externos como el medioambiente, el cigarrillo y el consumo de alcohol.
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