El papa Benedicto XVI perdonó a su exmayordomo, Paolo Gabriele, semanas después de que éste fuera sentenciado a 18 meses de prisión por filtrar los documentos privados del Sumo Pontífice.
El papa visitó a Gabriele en prisión “para confirmar su perdón y comunicarle en persona su decisión de concederle a Gabriele su solicitud de perdón, por ende indultando la sentencia”, dijo el Vaticano en un comunicado.
"Esto constituye un gesto paternal hacia una persona con la que el Papa compartió una relación de familiaridad diaria durante muchos años".
Gabriele fue puesto en libertad inmediatamente y regresó a su casa, dijo el comunicado.
“Ya que no puede retomar su puesto previo o seguir viviendo en Ciudad del Vaticano, la Santa Sede, confiando en su sincero arrepentimiento, desea ofrecerle la posibilidad de regresar a una vida familiar serena”, dijo.
Gabriele, uno de los asistentes personalees más cercanos al Papa, fue condenado en octubre por robo agravado al filtrar documentos secretos del apartamento personal del Pontífice a un escritor que los incluyó en su libro best-seller.
Durante el juicio, Gabriele se declaró no culpable, pero dijo haber abusado de la confianza del Papa. Pidió perdón al Sumo Pontífice por sus acciones, que dijo que tenían la intención de denunciar irregularidades.
La oficina de prensa de la Santa Sede antes había indicado que Gabriele podía ser perdonado. Ha estado preso en una celda en Ciudad del Vaticano desde octubre.
Gabriele fue arrestado en mayo, tras una investigación del Vaticano sobre cómo los documentos privados del Papa aparecieron en el libro Sua Santita (Su Santidad) del periodista italiano Gianluigi Nuzzi.
El libro, que se basa en esos documentos, revela denuncias de corrupción en la jerarquía de la Iglesia Católica.
En su juicio, la policía dijo cómo encontraron más de 1.000 documentos importantes entre los cientos de miles de documentos en los apartamentos de Gabriele en Ciudad del Vaticano y Castel Gondolfo, un pueblo cerca a Roma.
Entre ellos estaban documentos originales firmados por el Papa Benedicto XVI, algunos de ellos con una orden de que fueran destruidos, según reportaron los periodistas autorizados para asistir al juicio.
La policía también halló entre las pertenencias de Gabriele una pepita de oro del Papa, un cheque firmado a nombre del Papa Benedicto XVI por 100.000 euros y una versión original de la Eneida de Virgilio de 1581.
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