"Espero estar en el espacio en 2013", dice David Mackay.
Ponerse en órbita ha sido la ambición de este piloto de 55 años desde que era un niño.
Cuando contaba siete, y hechizado por los jets rápidos que practicaban a baja altura cerca de su casa en la costa de Sutherland, notó que casi todos los astronautas habían sido primero pilotos de prueba militares.
Así que el camino le quedó trazado. Primero se certificó como piloto de pruebas, luego se inscribió para estudiar Ingeniería Aeronáutica en la Universidad de Glasgow y a continuación se enlistó en la Fuerza Aérea.
Después de servir 16 años, y ya cercano a los 40 de edad, su oportunidad de viajar al espacio todavía parecía muy pequeña. Después de todo, el Reino Unido no tenía un programa espacial tripulado.
Pero por toda puerta cerrada, alguna ventana está abierta. "Un día estaba conduciendo cerca del aeropuerto de Heathrow (en Londres), y había un modelo del transbordador espacial en los colores de Virgin Atlantic, y decía algo típico de esa compañía como 'Hoy el Atlántico, mañana la Luna'", recuerda.
Ahora Mackay es el jefe de pilotos de Virgin Galactic y si completa con éxito las pruebas del desierto del Mojave, en Estados Unidos, podría convertirse en el primer piloto de pruebas en pasear a turistas por el espacio.
Virgin anunció en un show aéreo en julio pasado que 529 personas habían pagado el depósito para viajar al espacio.
Estas personas abonarán un total de US$200.000 por un asiento en la nave SpaceShipTwo.
Mackay lo compara con el primer vuelo en solitario sobre el Atlántico, efectuado por el piloto estadounidense Charles Lindbergh, en 1927.
"Aquella fue una demostración de lo que era posible", dice.
"Poco después, otras personas desarrollaron la idea y ahora cualquiera puede surcar los cielos sobre el océano. Esto podría parecérsele", añade.
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