En un día en que las predicciones de apocalipsis se equivocaron, la NASA tenía más buenas noticias para la Tierra: un asteroide que se temía que tenía un curso de colisión contra nuestro planeta ya no es una amenaza.
La incertidumbre por la órbita del asteroide, conocido como 2011 AG5, había permitido que hubiera una posibilidad menor de 1 % de que impactara la Tierra en febrero de 2040, dijo la NASA.
Para definir bien el curso futuro del asteroide, la NASA ordenó que se hiciera más observación. Los astrónomos de la Universidad de Hawái en Manoa asumieron la tarea y pudieron observar el asteroide durante varios días en octubre.
“Un análisis de los nuevos datos obtenidos por la Oficina del Programa de Objetos Cercanos a la Tierra del Laboratorio de Propulsión a Chorro en Pasadena, California, muestra que el riesgo de una colisión en 2040 se ha eliminado”, declaró la NASA el viernes.
Las nuevas observaciones, hechas con el telescopio Gemini, de 8 metros, en Mauna Kea, Hawái, redujeron las incertidumbres sobre la órbita por un factor superior a 60. Eso significa que la posición de la Tierra en febrero de 2040 no está en el rango del posible recorrido del asteroide.
El asteroide, de 140 metros de diámetro, no se acercará a la Tierra a más de 890.000 kilómetros, o más del doble de la distancia entre nuestro planeta y la Luna, dijo la NASA.
Una colisión con la Tierra habría generado alrededor de 100 megatones de energía, varias miles de veces más poderosa que las bombas atómicas que terminaron con la Segunda Guerra Mundial, de acuerdo al Observatorio Gemini.
Observar el asteroide no fue fácil, dijo David Tholen, un astrónomo del Instituto de Astronomía de la Universidad de Hawái.
La posición del asteroide fue muy cercana al Sol, así que los astrónomos tenían que observarlo cuando el cielo estaba oscuro. Tholen le dijo a CNN que había alrededor de media hora entre el momento en que el asteroide se alzaba lo suficiente en el cielo para que el telescopio lo apuntara antes de que el cielo se volviera muy iluminado para poder observarlo.
Debido a que los astrónomos miraban al asteroide en lo bajo del cielo, lo estaban viendo a través de mucha atmósfera, que dispersa parte de la luz y hacía que el objeto se viera más tenue, dijo.
“El segundo efecto es que la turbulencia de la atmósfera hace que las cosas sean más tenues”, dijo Tholen. “Teníamos que intentar una y otra vez hasta que tuvimos una de esas noches en que la atmósfera estaba calmada”.
Tholen y su equipo también descubrió que el asteroide es alargado, así que mediante rota, su brillo cambia. Ese fue otro reto para los astrónomos: como no conocían el periodo de rotación del asteroide, no sabían cuándo aparecería y desaparecería, y cuándo se volvería muy tenue para no poder volverlo.
“Este objeto estaba cambiando de brillo por un factor de tres o cuatro, era simplememyte demasiado variable”, dijo Tholen. “Dependía de la noche en que lo observaras”.
Muchos predijeron que el fin del mundo sería este viernes, el día en que un gran ciclo del calendario maya finalizaba. Algunos creen que ese día será el domingo.
Los mayas de hoy en día dicen que el final de una fase del calendario no significa el fin del mundo, simplemente el fin de una era y el inicio de otra.
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