CONJUGO LAS PELICULAS CON EL MAR "CINE FLOTANTE "

El encuentro tailandés de cinéfilos -directores, actores y público- tuvo lugar entre el 9 y el 12 de marzo de este año y aunque muchos recordarán las películas exhibidas, es seguro que ninguno olvidará la experiencia de ver cine sobre un auditorio flotante protegida por una isla en forma de medialuna y enmarcada por columnas naturales, en el ahora desmantelado Archipielago Cinema.


 Fruto de la imaginación del arquitecto Ole Scheeren, esta especia de isla del séptimo arte permite disfrutar del cine rodeado de mar, sintiendo el vaivén de las olas y preocupando a los espectadores si el programa incluye la proyección de “Tiburón”. 


Se montó sobre un viejo criadero de langostas con materiales reciclados y, cuando acabó el festival cinematográfico, se desmontó y fue donado a una aldea local.


Sí, el sistema también funcionaría igual en la piscina municipal, pero hay que reconocer que en medio de ese paradisíaco entorno mola un poquico más.

El auditorio flotante Archipielago Cinema es parte del festival tailandés de cine “Películas en las rocas de Yao Noi“, que arrancó a principios de este mes.

La base de tan singular sala de proyecciones al aire libre resulta ser unas bateas para langostas de un pescador local, construidas con materiales reciclados. Además cuando el festival terminó todo se desmanteló y se donó a la población local.

Las tranquilas aguas de la laguna donde tuvo lugar este singular emplazamiento permitían disfrutar de la proyección sin que los espectadores se mareasen, al contrario, incluso la experiencia se hacía más plácida y gratificante.

Escribe en su blog el arquitecto que ahora vive en Pekín.'El pensamiento de ver películas aquí es sorprendente'.


Inspirado por granjas de cultivo de langostas propias del sudeste asiático, Ole Scheeren levantó su creación con materiales reciclables. Pero no es la primera vez que este arquitecto alemán, el cine y la naturaleza se encuentran: Scheeren ya creó el Marfa Drive-In, una instalación que recreaba en el desierto de Texas la antigua sensación de ver películas desde el automóvil.

La experiencia de los espectadores comenzaba desde mucho antes de que comenzara la película, cuando debían subir a un bote para dirigirse al particular cine.

La experiencia del escenario sigue mucho después del final del festival.

El auditorio fue desmantelado y entregado a pobladores locales para que lo utilicen como granja de cultivo de langostas o como teatro flotante.