"Andaba rebuscando, cuando me encontré con algunos cajones que decía que había plantas fósiles sin registrar, y no pude contener la curiosidad".
En el interior había cientos de soportes de cristal en los que se habían ensamblado plantas fosilizadas cortadas en finas láminas, preparadas para su estudio por el microscopio.
Para su sorpresa, en algunas de ellas estaba inscrito el nombre 'C. Darwin Esq.'. En una incluso podía leerse que la había recogido en la isla chilena de Chiloé.
Al parecer, Darwin encargó esa engorrosa tarea a su amigo y colega Joseph Hooker, un botánico que durante un tiempo trabajó en el BGS. Pero a Hooker se le acumuló el trabajo de tal forma que, finalmente, aunque ensambló las muestras en los soportes de cristal, no pudo registrarlas.
Según cuenta la institución en su web, Hooker se casó por aquel entonces con la hija del mentor de Darwin en Cambridge, Revd John Henslow, lo que le habría quitado tiempo de trabajo. Además, en 1848 se fue de expedición al Himalaya, dejando su empleo, y los cajones con los fósiles (por cierto, en un mueble de Henslow) quedaron olvidados.
Tras varios cambios de lugar, desde hace medio siglo se llenaban de telarañas en los sótanos del Instituto Geológico Británico, de donde los ha sacado Falcon-Lang.
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