La bilis de los osos ha sido usada en China durante siglos para curar inflamaciones y para disolver las piedras en la vesícula y los riñones en persona.
Dicha práctica se ha convertido hoy día en uno de los negocios nacionales más rentables para los granjeros chinos.
En la década de los ochenta los granjeros chinos importaron una técnica desarrollada en Corea del Norte, que consistía en extraer bilis de osos cautivos sin matarlos.
Los osos viven en jaulas apenas más grandes que ellos mismos, se les realizan incisiones en el abdomen y se les inserta un catéter (básicamente un tubo de goma o de plástico) en la vesícula.
Los catéteres se les insertan de forma rápida y sin ningún cuidado en la vesícula a través de la pared abdominal para extraer la bilis dos veces al día.
Con frecuencia, se les extirpan los colmillos y las uñas para prevenir daños a los mismos granjeros.
Calculan que existen unos 8.000 osos cautivos en granjas en toda China.
Sin embargo, el gobierno asegura que hay muchos osos salvajes en China.
Grupos ecologistas del gigante asiático intentan que se tome conciencia sobre esta práctica, a la que consideran brutal e innecesaria.
Pero la industria farmacéutica lucha por mantener el negocio de este producto, que se utiliza desde hace siglos.
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