La presencia de una pequeña fortuna bajo su lápida de mármol había sido descartada hace tiempo como un mito urbano.
Ahora se ha revelado que el tesoro era real y que desapareció la semana pasada, cuando la tumba fue profanada.
La tumba de un caniche negro que había sido enterrado con un collar de diamantes incrustados en el cementerio de perros de Asnières-sur-Seine, cerca de París, fue profanada a principios de febrero, según han informado fuentes policiales.
La dueña del can, una rica americana que vive en Suiza, ha explicado que enterró a su fiel compañero con un collar de diamantes valorado en 9.000 euros.
En el cementerio también descansan los restos de la estrella de Hollywood Rin Tin Tin, el perro al que se le negó un Oscar cuando se decidió que el ganador debía ser humano.
El cementerio de perros de Asnières es considerado como el primer cementerio de animales del mundo. Fundado a finales del siglo XIX, cuenta con tumbas de perros, gatos y pájaros, pero también de caballos e incluso de un león.
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