Las autoridades mexicanas emprendieron una inusual tarea: localizar un esqueleto prehistórico que desapareció de una cueva sumergida en Quintana Roo, al sureste del país, y que podría ser uno de los más antiguos de América.
Los restos se encontraban en la caverna conocida como Chan-Hol, cerca del balneario de Tulum.
En ese lugar, en agosto de 2010, se recuperó la mayoría de los huesos de un hombre que murió hace más de 10.000 años, conocido como El Joven de Chan-Hol y que según especialistas podría ser una prueba de que el continente americano fue poblado por migraciones humanas provenientes de Asia.
La osamenta que se perdió podría pertenecer a la misma época, porque se encontraba a una profundidad mayor dentro de la cueva. Es un dato pendiente de verificar, pues los especialistas no pudieron analizar estos huesos.
"Alguien se nos adelantó y ahora no sabemos el paradero de este esqueleto", le dice a BBC Mundo Jerónimo Avilés, espeleobuzo que participa en el proyecto Estudio de los Hombres Precerámicos en la Península de Yucatán, un grupo de especialistas que investiga restos prehispánicos en los manantiales subterráneos de la región.
Hasta ahora no se sabe quién se llevó esos restos. La delegación del gubernamental Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), distribuyó carteles con imágenes del esqueleto y la leyenda "Se busca" para tratar de localizarlo.
n Quintana Roo el INAH ha registrado el hallazgo de siete esqueletos de humanos que vivieron durante las últimas glaciaciones, hace por lo menos 10.000 años.
Se les conoce como hombres precerámicos, porque vivieron antes que los humanos usaran este material en su vida cotidiana.
Los restos estaban fosilizados, pero se encontraron dentro de cuevas sumergidas. Eso significa que, al morir, sus sepulturas estaban en la superficie. Luego fueron cubiertas por agua, cuando terminó la última era glacial y aumentó el nivel del mar por el deshielo.
El Joven de Chan-Hol es un ejemplo. Sus restos fueron encontrados a 542 metros de la entrada de la caverna, que a su vez se encuentra a ocho metros de profundidad.
Se trata de un depósito de agua dulce como otros que existen en la Península de Yucatán, donde se les conoce como cenotes. Estos manantiales abastecieron del líquido a la antigua civilización maya y algunos de ellos aún cumplen esta función.
Y algo más. Los cenotes en Tulum, como en otros lugares de la región, son también un atractivo turístico, especialmente para los aficionados al buceo y la espeleología. Es un área libre de exploración.
De hecho, fueron espeleobuzos quienes casualmente encontraron al joven de Chan Hol en 2006, y años después localizaron al esqueleto ahora desaparecido.
Los restos del esqueleto desaparecido estaban a 1.070 metros de la entrada de la caverna, a una profundidad de 8,3 metros.
El primer dato de su existencia fue una imagen publicada en redes sociales de internet a finales de 2011, aunque en ese momento no se reveló el sitio donde se encontraban.
Pero en marzo pasado aparecieron otras fotos con el dato donde fueron realizadas, dato confirmado por espeleobuzos que vieron los restos.
Cuando los especialistas del proyecto Estudios Precerámicos llegaron al lugar del avistamiento, se sorprendieron: el esqueleto había sido extraído sin cuidado de la cueva, asegura Jerónimo Avilés.
Sólo quedaron algunos restos que fueron rescatados, entre ellos dos cráneos de murciélago.
Es un hallazgo importante: podría ser el elemento fundamental para probar que los primeros humanos que llegaron a la península de Yucatán -y al resto de América- huían de la era glacial que hace miles de años cubrió a la mitad del mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario