Algunos eligen ciertas profesiones creyendo que éstas les traerán felicidad. Otros la buscan a través de las relaciones. Pero a pesar de toda la felicidad que estos recursos puedan proporcionar, son sólo fuentes temporales y limitadas y, en muchos casos, también traen consigo igual cantidad de sufrimiento e infelicidad.
El calor y el bienestar de la felicidad están escondidos en el interior del ser.
Cuando las personas se enfocan en su interior y toman fortaleza de los poderes internos de la paz y del silencio, reavivan sus virtudes permitiendo que se eleve el nivel de felicidad.
El alma comienza a abrirse a los secretos de cómo vivir de manera independiente sin convertirse en una víctima del mundo material, que por su propia naturaleza priva a la gente de su felicidad. La sabiduría del conocimiento espiritual ofrece los tesoros de cómo vivir y actuar en la verdad.
Las acciones verdaderas son puras y la pureza es la madre de la felicidad y del bienestar. Las acciones verdaderas dan fuerza y felicidad a uno mismo y bienestar a los demás. Los tesoros espirituales incluyen las pautas sobre cómo mejorar la personalidad y la actividad. Para muchos, el progreso y la transformación personales son las llaves que abren la Puerta de la Felicidad.
La felicidad es prosperidad que proviene de la autosoberanía. Autosoberanía significa tener dominio sobre la mente, el intelecto, las tendencias de la personalidad y los sentidos físicos del cuerpo, estar completo con todos los poderes y todas las virtudes, así como alcanzar el equilibrio entre las características masculinas y femeninas.
En cada alma humana existe un estado de perfección. En la búsqueda espiritual de esa perfección, el intelecto pasa por un proceso de redescubrimiento de su naturaleza divina.
La felicidad no tiene precio. La felicidad no se puede comprar, vender ni negociar. La felicidad la consiguen aquéllos cuyas acciones, actitudes y características son puras y desinteresadas. En otras palabras, la calidad de la conciencia y las actividades de las personas determinan la riqueza de su vida.
Sin embargo, la estabilidad social, económica y política se consideran fuentes de felicidad y de disfrute en la vida pero, cuando alguna de ésas áreas no funciona, desciende el nivel de felicidad en las personas.
Cuando todos estos recursos se enfocan en las infraestructuras socioeconómicas, en detrimento del desarrollo del carácter moral y espiritual de las personas, cambia el orden de las prioridades en la vida y la felicidad disminuye gradualmente .
Los valores morales y espirituales ayudan a reevaluar las prioridades y permiten que se tomen medidas proactivas y preventivas en los momentos oportunos.
Por cada paso que se da hay garantizado un retorno de riqueza incalculable. Las acciones realizadas a lo largo del camino se convierten en la pluma para trazar las líneas de la fortuna. Hay una mayor felicidad entre las personas que recorren juntas el camino y, mediante acciones colectivas, trazan las líneas de la fortuna en el escenario viviente del mundo.
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