A finales de marzo Hockin logró un tiempo de 1 minuto, 47 segundos y 79 centésimas de segundo, en los 200 metros libres, para así lograr la marca necesaria que le garantiza un puesto en la capital británica.
Hasta la prueba que efectuó el 30 de marzo, a Hockin lo separaba medio segundo del tiempo exigido para asegurar su boleto de 1,47.82.
Clasificarse a unas olimpiadas puede considerarse un premio al esfuerzo, pero en el caso de Hockin bien puede alcanzar la categoría de hazaña: clasificó como nadador en un país que no tiene piscina olímpica.
Antes de la entrevista vimos cómo era el entrenamiento de este nadador. Lo presenciado reforzaba las palabras de Hockin.
El nadador -y sus compañeros de equipo- realizan su preparación en medio de las clases que hacen decenas de niños y niñas de varias edades, que congestionan la piscina.
Una imagen que -aunque tierna en ocasiones- cuesta compaginar con la preparación que deben hacer atletas de alta competencia de las potencias de esta disciplina como Estados Unidos, Francia o Australia.
Difícil imaginar a Michael Phelps -múltiple medallista de oro olímpico- entrenándose en una piscina que parece más bien la de un club vacacional.
A Hockin esto no parece molestarle o ser un impedimento en su preparación. Para él, es el tema de la distancia.
"Entrenamos en piscinas de 25 metros y la mayoría de las competencias internacionales se hacen en piscinas de 50 metros", asevero.
Es una pena para los nadadores y para el propio pueblo paraguayo, ya que esta es una disciplina que puede ayudar mucho a la población", agregó.
Sin embargo, lo que puede ser visto como una desventaja, ha sido transformado en una forma de prepararse para la máxima competencia deportiva del planeta.
"Esto te ayuda a prepararte mentalmente. Te enfocas en tu entrenamiento, pese a no tener las condiciones adecuadas. Y eso te da un extra de superación", afirma Hockin.
Por ahora le está dando resultados, ya que es el mejor atleta paraguayo clasificado actualmente y uno de los principales candidatos a ser el abanderado de su selección, cuando desfile en la ceremonia inaugural el próximo 27 de julio.
Pero, estas no son las primeras olimpiadas de Hockin. Ni tampoco el primer país que representa. Y, ya que estamos, tampoco nació en Paraguay.
La historia de este nadador de 25 años parece escrita con toques del realismo mágico de Gabriel García Márquez.
"Nací en Barranquilla, Colombia. Mi padre es inglés y mi madre paraguaya", explica.
El padre de Hockin trabajaba en la costa colombiana en la época, pero al poco tiempo la familia volvió a Paraguay, específicamente a Asunción, cuando "Benji" (como le dicen aún) todavía era un bebé.
"Pero ya mi madre me había iniciado en este precioso deporte. Mientras ella hacía las tareas del hogar, me dejaba en una latona (recipiente, palangana, ponchera) con agua para que yo me calmara.
Una vez en Asunción Hockin se unió al club Puerto Sajonia, del que áun es miembro, donde dio sus primeras brazadas.
"Entre los 16 y los 24 años me fui a Europa. Competí en Tenerife (Islas Canarias) y después en el Reino Unido", señaló.
En territorio británico, Hockin se unió a la federación de ese país y logró clasificarse a los olímpicos de Pekín 2008 como parte del equipo de relevo 4x100, con el que llegó a la final.
Hockin, no obstante dejó los lujos de la infraestructura británica por las más precarias instalaciones paraguayas.
El motivo principal, afirma, era sentirse a gusto en su país de origen.
"Mis amigos, son de acá. Me encanta vivir acá. Este es el mejor país del mundo, y eso que he conocido varios países", dice.
La decisión de cambiarse de la federación británica a la paraguaya, sin embargo, tuvo un costo.
Por problemas de papeleo -las autoridades del deporte alegan que no anunció adecuadamente el cambio- lo suspendieron de toda competencia por un año.
Recién en mayo del 2011 pudo volver a competir, representando a Paraguay.
Pese a haber llevado los colores de la bandera británica en 2008, este nadador afirma que no ha recibido reproches desde que volvió a Paraguay.
"Son dos períodos diferentes de mi vida. Yo ahora me siento muy paraguayo, mis raíces están aquí".
"Estoy consciente de que aquí (en Paraguay) el fútbol es el deporte que manda y que más dinero genera. Por eso tratamos de levantar a la natación con una base juvenil", señaló Hockin.
Y agregó: "Para ver los resultados hay que hacer un trabajo constante y a largo plazo, por eso el objetivo (del equipo paraguayo de natación) es Río 2016".
Pero antes de la cita en Brasil, viene Londres. Y Benjamin Hockin estará presente. Lo que hace ganar medio segundo.
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