Secundino Lema, el dueño de un motel en Río de Janeiro, se prepara para recibir a un tipo de huésped algo diferente en junio, cuando miles de visitantes llegarán a la ciudad para discutir el futuro del planeta.
Pero los espejos y los jacuzzis se quedan.
Lema acordó cobrar unos US$160 por noche, bastante menos de lo que están pidiendo ahora los establecimientos que todavía tienen habitaciones disponibles.
Pero con la perspectiva de ser anfitriones del Campeonato Mundial de la Fifa en 2014 y las Olimpíadas de 2016, los dueños de los moteles han descubierto una oportunidad brillante: el sector corporativo.
Los moteles de Río suman en total unas 5.000 habitaciones -y muchos, muchos jacuzzis.
erqueira, quien es a su vez propietario de dos -Shalimar y Sin Pecado, cuyo eslógan es 'Porque amar no es pecado'- sostiene que un tercio de los moteles están preparados para recibir a huéspedes de todo tipo.
Su nueva decoración intenta equilibrar los negocios con el placer.
Los dueños de los moteles han quitado los tapices aterciopelados de las paredes, desparecido a las ubicuas sillas eróticas y remodelado algunas piezas para que entre más luz.
LEMa, aunque aceptó arrendar sus habitaciones a los participantes de la conferencia, puso una sola condición: que el Día de los Enamorados quedara fuera de las negociaciones.
Lema y otros muchos dueños de los más de 320 "hoteles del amor" de Río de Janeiro, han redoblado los esfuerzos para colaborar con las autoridades, satisfaciendo una necesidad fundamental en esta ciudad brasileña: la crónica falta de alojamiento temporal para turistas.
Se estima que unas 50.000 personas, entre ellas varios líderes mundiales, se hospedarán en Río durante la Conferencia de la ONU sobre Desarrollo Sostenible.
Pero sólo hay unas 30.000 habitaciones disponibles en los que podrían ser denominados "hoteles convencionales".
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